domingo, 29 de novembro de 2009

Tatin

De repente y sin haberlo propiciado, apareció el rastro de Tatin tras mas de 3 años sin saber de él. Hace unos dias, al consultar por la mañana el correo en mi Blackberry me encontré con un email que me habia enviado Nico, nuestro amigo común que sigue viviendo en Valencia, con el sugerente titulo de Vas a Flipar en Colores!! Resulta, que por casualidad se había tropezado con el nombre y apellidos de Tatín en una página llamada http://www.tusguiascosmicos.com/. La página en cuestión pertenecía a un centro situado en el mismísimo corazón de Madrid, a escasos metros de la Puerta del Sol y en el que se ofrecían cursos y talleres de canalización espiritual dirigidos por José Vicente y Rosaura. Al instante recordé el nombre de Rosaura y deduje que sin duda se trataba de su actual compañera, aquella mujer de la que ya me había hablado durante nuestro último encuentro y que habia conocido durante uno de las sesiones de canalización realizadas en la Sierra de Navacerrada y en quien, a pesar de doblarle la edad, había encontrado su alma gemela.
Por el contenido de la página web comprendí que durante todo este tiempo sin dar señales de vida, Tatin había avanzado enormemente en su peculiar camino hasta hacer realidad su sueño de vivir una vida coherente con aquello en lo que creia.
Tres años atrás, José Vicente Alborch, jovencísimo abogado de éxito con buffet en el centro de Valencia, había decidido romper con todo y abandonar su fulgurante y promisoria carrera en pos de una nueva vida. Ni corto ni perezoso, puso en venta su piso de la Gran Vía Germanies, un piso de apenas 70 metros cuadrados que se había revalorizado enormemente desde que lo comprara 10 años antes y que habia decorado con gusto y muebles de alta calidad y en cuyas estanterias, que cubrían las cuatro paredes del estudio forrado en paneles de madera noble, se alternaban pesados volúmenes y monografías de arte, libros de grabados, colecciones de poesia y ensayos de autores variados que abarcaban desde Deepak Chopra o Paulo Coelho hasta Juan Gil Albert, tratados de filosofia y literatura clasica, ensayos de temáticas tan variadas como la Cabbalah y la Gematría, el misticísmo medieval, la militancia gay o el poder curativo de las flores de Bach.
Tatín dejó de vestir sus caros trajes hechos a medida, renunció a sus camisas de seda con sus iniciales V.A primorosamente grabadas en el lado izquierdo y regaló su colección de corbatas de seda de Loewe a su hermano, que las recibió encantado. Decidió dejar crecer la barba y el pelo - lacio y de un rubio oscuro- que disimulaba las incipientes canas que a los 34 anunciaban ya el irremediable fin de su juventud. Sustituyó los trajes por cómodas camisolas, blanquísimas y con finos bordados alrededor del escote y en las mangas cuya apariencia, para quien se lo encontrara por primera vez por las calles del barrio de Ruzafa, le otorgaba un cierto aire de santón de la antígua Galia y que armonizaba con sus enormes ojos azules, de mirada inteligente y ligeramente burlona.
Hacía tiempo que ya me habia resignado a su ausencia y desistido de encontrarle tras varias tentativas fallidas marcando el número de teléfono de su móvil, llamadas que inevitablemente caían en el contestador y a las que en la última ocasión había respondido una grabación de Telefónica anunciando que el número marcado estaba desactivado (de eso hacía ya más de 2 años, yo aún vivía en Londres) o tecleando su nombre en el buscador de Google.
Por supuesto que yo no flipé en colores al leer sobre los pasos de Tatín. En mis últimas visitas a Valencia antes de mudarme a Sao Paulo, Tatín ya me había contado de sus experiencias con la canalización de esos entes superiores, ya me habia hablado con entusiasmo de ángeles, de Kryon y de otros Seres de Luz cuya misión parecía ser la de ayudarnos a evolucionar y transformar la vida y el Universo.
Tatín siempre fue una persona dotada de una inteligencia, sensibilidad y espiritualidad fuera de lo común. Su espiritualidad le acerco incialmente al Catolicismo, del que no tardaria en desenganarse ante la intolerancia y falta de honestidad de sus postulados. Durante varios años frecuento la parroquia de Pepe Serna, un controvertido párroco que no dudaba en propagar sus ideas próximas a la Teología de la Liberación desde su pulpito en la parroquia de uno de los barrios mas ricos y conservadores de la ciudad que movilizaba juventudes y del que, con el tiempo, también terminaría por distanciarse. Mas tarde se interesó por el budismo y las religiones orientales, pasó por la meditación Zen y transcendental hasta adentrarse en el estudio de la energía y prácticas de la llamada Nueva Era en cuyos circulos terminó por encontrar finalmente su discurso.
Mi primer impulso al acceder a su pagina web fue el de marcar al número de teléfono o enviar un email a la dirección que indicaba en la sección de contactos y que servía para reservar plaza en uno de los cursos. Tras varios minutos de entusiasmo inicial durante los cuales habia imaginado las diferentes maneras en que la conversación iría a transcurrir, el modo como me iba a presentar y como iba a ser su reacción oyendo mi voz al otro lado del hilo telefonico, despues de tantos anos y sin previo aviso, me recorde a mi mismo que cortar con todos -incluido conmigo- había sido una decisión unilateral suya y que debía de ser respetada.

Y es que Tatín habia roto con todo y con todos. En su momento entendio que era necesario romper con los muchos lazos y vinculos creados a lo largo de su vida anterior para iniciar un vuelo en solitario donde ninguno de nosotros podria acompañarle. Su marcha hizo dano a muchas personas, no sólo miembros de su familia como amigos íntimos. Durante mucho tiempo el saberme abandonado por quien había sido compañero de correrías de juventud, amigo y confidente durante tantos años, creo un vacío que nada ni nadie consiguió borrar.
En el fondo siempre supuse que estaba bien, que su renuncia a nuestro cariño había sido necesaria para permitirle iniciar su vuelo. Algunas noches me sorprendia a mi mismo mirando por la ventana hacia el cielo estrellado de Londres y me quedaba ensimismado pensando en su suerte. El saber que él continuaba ahí fuera, en algún lugar, quien sabe si en un remoto rincón de América del Sur, la India, Nepal o en la mismísima Sierra de Madrid, lugar donde le habíamos perdido el rastro por última vez, me reconfortaba y daba ánimo para ser paciente, consciente de que aunque tardara, llegaría el día en que volveriamos a vernos. (Ha ocurrido una cosa extrana mientras escribia este texto. Todo lo escrito en los ultimos 30 minutos ha desaparecido de la pantalla, a pesar de que se supone que el servidor va guardando el texto automaticamente cada 2 minutos conforme voy escribiendo. Sonrio al imaginarme la reaccion de Tatin ante este contratiempo y al que sin duda el daria una explicacion insólita).
Durante mucho tiempo estuve disgustado ante lo que a todas luces suponia una traicion a nuestra amistad. Con el tiempo el disgusto se convirtió en resignación a la espera de que algún día iría a procurarme de nuevo. Al fin y al cabo, yo tambien habia hecho lo mismo en mas de una ocasion a lo largo de mi vida. Por muy injusto que resulte para los que dejamos atras, llega un momento decisivo, como dicen los ingleses -un turning point sin retorno- en el que hay que lanzarse al vacio y comenzar a vivr tu vida propia. Y es realmente difícil lidiar con la vida para aquel que aspira a algo más que una existencia burguesa con trabajo, familia y fuego en la chimenea, conformismo doméstico y felicidad exenta por entero de angustias existenciales mientras se aproxima tu último dia en este mundo.
Mis intereses mas íntimos también me distanciaron de personas que me han acompanado en momentos trascendentales de mi vida y que un buen dia tuve que considerar un lastre para mi realizacion personal. Es por eso que respetaré tu distancia y esperaré pacientemente tu llamada, consciente de que ese dia puede llegar mucho más tarde o mucho antes de lo esperado. Y ese dia será como si nunca nos hubieramos perdido de vista, pues aunque no tu lo sepas, tu has seguido acompañándome durante todo este tiempo. Life simply happened.

sábado, 28 de novembro de 2009

Cronica urbana

En puntos estrategicamente seleccionados de la red urbana, aquellos donde confluyen las principales vias que atraviesan la ciudad, legiones de vendedores ambulantes aprovechan los escasos minutos de luz roja del semaforo para lanzarse sobre los sufridos conductores que, cansados e irritados por el congestionamiento absurdo que domina la ciudad durante el rush hour, se enfrentan resignados a esa ultima parte del dia antes de llegar a casa para cenar y descansar.
Los vendedores ambulantes, una autentica Corte de los Milagros integrada por parados, tullidos, ancianos, ex-toxicomanos e incluso ninas embarazadas, ofrecen su mercancia, escobillas limpia-parabrisas, cargadores de moviles, libretas, calculadoras gigantes, paquetes de boligrafos y de mecheros, camisetas del Corinthians o del Palmeiras, barquillos, golosinas y barras de chocolate, curiosamente siempre de marca Suflair, como si la venta ambulante fuese su principal canal de distribucion y la venta en semaforos el resultado de una delirante politica comercial cuya fallida estrategia consigue que el consumidor acabe relacionando los productos de esa marca, a pesar de su refinado nombre en frances, con pobreza, semaforos y cutrez.
No son pocos los conductores que observan ese espectaculo con aprension y suben sus vidrios para evitar un posible robo. Hoy en dia no hay nadie que no haya oido hablar de los arrastaos, robos multitudinarios llevados a cabo por bandas de favelados armados que emulando a los indios malos de un spaguetti western asaltan las caravanas de vehiculos atrapados en el atasco y despluman en cuestion de segundos, con profesionalidad y gran eficiencia, a las decenas de conductores que se ven indefensos y sin via posible de escape. Los ocupantes de vehiculos situados mas atras en la fila y que al percatarse del avance de los bandidos armados se apresuraron a cerrar las ventanas para esconderese detras de sus vidrios oscuros (en Sao Paulo casi todos los coches llevan instalados insufilm en sus ventanas, no porque sus conductores sean garrulos ni macarras, como ocurre en Espana, sino por la sensacion de seguridad que les da al saber que no se les puede ver desde fuera) son conminados a punta de revolver a bajar el vidrio y a entregar sin resistencia sus pertenencias. Las sufridas victimas, conscientes del poco valor que tiene una vida humana para el que no tiene nada que perder, acostumbran a colaborar y a entregar con tranquilidad y sin ofrecer mayor resistencia sus pertenencias (carteras, moviles, dinero).
En Sao Paulo el problema de la inseguridad ciudadana se vive como un mal inevitable resultado de las grandes diferencias sociales que divide al pais en dos mundos totalmente diferenciados. Por un lado el mundo de las clases A, B y C, las clases trabajadoras, medias y altas, profesionales, trabajadores de oficinas, comerciantes, estudiantes y empresarios cuyo estilo de vida y aparencia no se diferencia en nada de la de cualquier europeo. Esta division de clases se basa en el calculo de salarios minimos (R$ 465) con los que las familias subsisten por mes, asi la clase A esta por encima de 20 salários mínimos, la clase B: entre 10 y 20 salários mínimos, la clase C: de 5 a 10 salários mínimos, la clase D: de 2 a 5 salários mínimos y la clase E , un salario minimo. Aproximadamente un 14% de la poblacion gana mas de 20 salarios minimos. La suma de las clases A y B da el 50% de la poblacion.
Por otro lado se encuentra el siniestro y distante mundo de las clases D y E, el mundo de la periferia, las favelas, los moradores da rua, las empleadas domesticas tambien llamadas de diaristas porque cobran por dia trabajado sin derecho a seguro medico ni vacaciones y que suelen responder al nombre de Cida (abreviacion de Maria Aparecida), el mundo de los Andersons, Cleytons,Vanderleys, Jonahtans (con la h siempre en posicion equivocada) motoboys, garcons o aparca-coches, una sociedad paralela y como de otra dimension con sus iglesisas evangelicas multitudinarias, sus inundaciones ciclicas y derrumbamientos de viviendas ocasionados por la lluvia, la violencia presente en sus calles mal asfaltadas donde no son raros los ajustes de cuentas entre traficantes, extorsiones y ejecuciones sumarias de milicias paramilitares formadas por ex-policias que ofrecen proteccion a cambio de altas sumas de dinero a pequenos comerciantes de barrios conflictivos, incursiones de la policia militar en su guerra particular contra el trafico de drogas con resultados de muerte por bala perdida, escenarios infernales conocidos por la clase media unicamente por las noticias de television y retransmisiones en vivo desde el helicoptero de la Globo TV o la Band News en horario de maxima audiencia o en filmes como Ciudade De Deus o Carandiru. Un mundo con el que el unico nexo de union es la empleada domestica que despues de haber atravesado de madrugada la ciudad desde la distante periferia sirve solicita el desayuno rico en fibra y supermineralizado a los privilegiados vastagos de la zona Sur.

domingo, 15 de novembro de 2009

El muneco de cera

Las ultimas palabras de mi abuelo Marcial fueron apenas susurradas. Poco antes de dar su ultimo suspiro exhalo un mancheguisimo "Pos odo!" apenas audible pero que dejaba claro su agobio despues de recibir de mi tia Aurelia en el ultimo momento todos los recados que tenia que pasar a los familiares que llevaban muertos muchos anios y con los que supuestamente iba a encontrarse en breve. Y es que mi tia Aurelia era una devota cerril del Espiritismo; ya en sus visitas semanales al Centro Espirita Allan Cardec de la ciudad habia intentado en vano contactar con sus familiares ya fallecidos.
Mi abuelo sonaba con frecuencia con la tata Astrud, su mujer durante mas de 60 anos y tambien con sus hermanos y sus padres, todos ellos fallecidos hacia decadas. En sus suenos continuaban reuniendose todos en plan conclave familiar para jugar al parchis o a la brisca montando las timbas mas ruidosas y alegres del Mas Alla y en las que aprovechaban para decirle que ya estaba bien de hacer el gamberro ahi abajo, que a que estaba esperando para morirse de una vez y reunirse con ellos, su familia. Lo cierto es que a sus 99 anos mi abuelo tenia mucha mas familia al otro lado que en este. "Pero es que no te has dado cuenta, tu sitio ya no esta mas ahi!" le renian carinosamente. Y mi abuelo, con el mismo caracter jugeton de cuando era joven, se reia en su cara consciente de la enorme travesura que suponia el hecho de aun estar con nosotros. Su madre, mi bisabuela Dolores, una mujer en vida de caracter firme como su mono severamente recogido hacia atras, le reprochaba con un fingido tono serio, "seras espantajo, mira que ya son ganas de..de...."sin llegar a poder acabar nunca la frase pues ocurria que mi abuelo siempre se despertaba en ese momento.

El dia que mi abuelo murio despues de cuatro paradas cardio-respiratorias yo tenia 13 anos y recuerdo que fuimos a verle al velatorio. En el ataud colocado en el centro de la sala, apenas iluminado por cuatro luces electricas que imitaban aquellos cirios altos con soporte metalico, nos encontramos con lo que parecia ser el pero que en realidad solamente podia ser un muneco de cera, eso si, muy bien hecho. Al verlo no pude evitar sentir el mismo escalofrio que senti al encontrarme por primera vez ante las figuras terrorificas de asesinos y criminales expuestos en el Dungeon del Museo De Cera de Madame Tusseaud.
Sin embargo la sensacion que prevalecio no fue de susto sino la de una enorme extraneza. El muneco de cera que habian colocado en el ataud reproducia al detalle sus rasgos, su pelo aun medio alborotado, las manchas de la piel alrededor de la mejilla y en las manos, nervudas y grandes que yacian entrelazadas sobre la pechera de su elegante traje de los domingos. Al muneco de cera que tanto se parecia a mi abuelo lo habian vestido con sus ropas favoritas, incluso le habian colocado aquella corbata roja que le habiamos regalado los nietos y que tanto le gustaba. Habian cuidado hasta el mas minimo detalle para hacernos creer que ese muneco de cera era mi abuelo. Incluso se habian tomado el trabajo de colocarle su sortija de plata con sus iniciales y su viejo Certina de oro con la correa de cuero desgastada.