sexta-feira, 17 de dezembro de 2010

Diciembre, sí

Acabada la cena de confraternización, es el último viernes antes de Navidad y las copas con todos los del trabajo nos sueltan la lengua y nos reimos con caipirinhas y cigarros mentolados y ante nosotros se abre un mar de luces y unas vistas privilegiadas junto a las torres de telecomunicación iluminadas de la Avenida Paulista a las que saludamos ebrios desde la terraza del bar en el piso 30 del hotel Intercontinental, al que por eso llaman The View.
La semana de trabajo y reuniones por fin acabada, los 12 meses de trabajo que culminan, una vez más, en crecimiento y metas alcanzadas, y gráficos de market share con lineas ascendentes y que resultan en bonificaciones y comisiones que llueven como todos los trimestres y que me facilitan una vida que se pasa y que no para y pienso que soy afortunado y llego a casa entre alegres vapores etílicos y me ducho para quitarme el olor a cigarros mentolados de marca L.A y por algún motivo no tengo sueño, a pesar de que son las 2am y a pesar, como ya te dije, creo, de que ha sido un día intenso de reuniones sesudas y mucha planificación y análisis del año, y me tumbo con mi Mcbook Air y abro la página del youtube y por algún motivo opto por una sesión nostálgica con viejos videos de Peor Impossible (primero Susurro, después Peligro) y vuelvo a mis 15 o 16 años, y duele la nostálgia porque te recuerda lo que nunca volverá y continuo con Golpes Bajos nomiresalosojosdelagente (siempre mienten) y con Radio Futura y aparecen más fantasmas y se os ve aún tan jovenes, Coppini, Bozzini, Berlanga, imberbes y provocadores, aún no han llegado las notícias de sobredosis en tristes portales oscuros ni el SIDA se ha cebado en sus cuerpos delgados y son alucinantemente modernos, lo llamaban la Nueva Ola, y era lo más. Y no había un planeta más vibrante que el que Tocata y Aplauso nos enseñaba todo martes por la tarde, después de volver de clase. Y fumábamos Pall Mall o Royal Crown porque parecía sofisticado, definitivamente mejor que los apestosos Ducados y A Santa Compaña espantaba con su procesión de ánimas, almas en pena de todos los que un día habríamos de morir.
Como es posible que en menos de una semana estaré contemplando las mismas paredes del cuarto en que escuché esas canciones por primera vez en la radio fórmula con el cassette listo para grabarlas si es que el locutor no corta la canción y será como siempre, como si nunca hubiera salido y pensaré que el tiempo no existe y que sigo en el mismo lugar y estoy a salvo porque por muchas vueltas que de y por muchas millas del programa Advantage Gold de American Airlines que acumule, siempre acabo por volver a casa, como el hijo del padre pescador de aquel anuncio de turron de la Jijonenca. Tan solo cambian los decorados.

sábado, 20 de novembro de 2010

Cosas de la vida

El mero hecho de perder el telefono el viernes por la tarde fue suficiente para amenazar echar por tierra una semana trepidante de viajes de larga distancia y nuevas experiencias entre las que destacaria haber asistido a la carrera de Formula 1 en Abu-Dhabi, haber montado brevemente en camello por primera vez en mi vida y haber fumado narguile con sabor a manzana asistiendo al espectaculo de la danza del vientre de una moza sirio-libanesa recostado comodamente entre cojines y alfombras sabiamente dispersas por una jaima en medio del desierto y con varios tatuajes de henna secandose en diferentes partes de mi cuerpo (un escorpion en el brazo, una cobra en el tobillo y Yussuf, mi nombre en arabe, escrito en el antebrazo).
Y es que resulta que ayer viernes, al volver a la oficina despues de haber salido a comer con una colega de Munich (y su novio 20 anos mas joven que ella) de escala por Sao Paulo a la vuelta de sus vacaciones por el nordeste de Brasil, me doy cuenta de que habia perdido mi blackberry.
Desesperado, angustiado y atacado de los nervios a partes iguales me pongo a buscar por todas partes el dichoso telefono por lo que no consigo salir antes de la oficina como era mi intencion para evitar el trafico de la hora punta y poder ir a la sinagoga como todos los viernes.
Viendome parado en la avenida Faria Lima por mas de 40 min y visto que no iba a conseguir llegar a tiempo, decido renunciar a mi Cabalat Shabbat semanal y dando un volantazo me salgo por una via lateral y pongo rumbo a casa con la intencion de encender solito las velas, cambiarme de ropa e irme a correr al parque de Ibirapoera a ver si se me despejaba la cabeza.
Aprovecho que paso por casa para ver mis emails y dar un rutinario repaso a los titulares de elpais.com y otros periodicos espanoles cuando veo que se conecta mi madre y nos ponemos a conversar un rato.
Despues entro en Facebook y se me ocurre, asi sin motivo alguno, colocar en el buscador de amigos el nombre de un amigo al que habia perdido el rastro hace mas de 15 anos.
En esos casos normalmente aparecen varios perfiles de usuarios con el mismo nombre pero de diferentes paises entre los que tienes que buscar el correcto. Como sea que en esta ocasion me aparece unicamente un perfil con ese nombre, lo que en si, ya es raro, decido enviarle una invitacion a pesar de que la foto del perfil muestra la imagen de un recien nacido, lo que me hace dudar mucho de que se trate efectivamente del perfil de mi amigo.
Para mi sorpresa, en menos de 2 minutos recibo la notificacion de que el convite ha sido aceptado y ha sido incluido en mi lista de amigos. Intrigado, entro en el perfil y veo que la informacion del usuario confirma su lugar de residencia actual, Valencia. Tras ver los albumes de fotos que muestran multiples viajes por Africa y Asia entiendo que sin duda alguna se trata del mismisimo Gunder, mi amigo sueco-boliviano nacido en Liberia y criado en un internado en las montanas del norte de la India que conocia de mis veraneos de juventud en El Saler y de quien habia perdido todo tipo de contacto.
Es cierto que nuestros caminos se habian cruzado ya una vez por pura casualidad en el aeropuerto de Frankfurt donde yo trabajaba los fines de semana y el estaba de camino hacia la India. Estoy hablando de mi epoca de estudiante hace apenas 17 anitos...Es mas, la ultima informacion que tenia de el me vino mucho mas tarde a traves de una amiga comun de la que, por las vueltas de la vida, acabe siendo vecino en Londres hace 10 anos y que una noche me habia contado en medio de la confusa nebulosa que provoca el consumo excesivo de hashish que creia haber oido decir que le parecia que le habian dicho que se habia ido a vivir a Botswana a montarse algun tipo de negocio, pero que, de cualquier manera, no le hiciera mucho caso.

Aun incredulo por estar conversando realmente con el a traves del Facebook despues de tantos anos de separacion, me dice, para mayor alucinacion mia, que tambien esta en Sao Paulo, es mas, que en ese momento me escribe desde su cuarto de hotel en la avenida Ibirapoera en el barrio de Moema, literalmente a 5 minutos a pie de mi casa.
Yo, como se dice, flipando en colores, propongo encontrarnos en la entrada de su hotel donde le recojo 30 minutos mas tarde.
Nos reconocemos enseguida a pesar del tiempo transcurrido. Decidimos caminar un poco y meternos en uno de los escasos bares que no cuenta con musica en vivo un viernes por la noche para poder conversar tranquilamente y ponernos las respectivas vidas al dia.
Me cuenta de sus experiencias en Botswana, de su vida en Vietnam, su ex-novia brasilena de Goiania que le ha hecho papa hace apenas dos semanas y de sus varios proyectos emprendedores junto con unos socios valencianos que van a llegar al dia siguiente y de como, si las cosas salen segun planeado, piensa mudarse a vivir aqui el ano proximo.
En compania de las caipirinhas y los numerosos fantasmas del pasado hablamos durante horas intentando resumir de manera coherente casi 20 anos de la vida de cada uno.

A la manana siguiente, sintiendo aun la resaca que me provoca siempre la cachaca pienso que si no hubiera perdido ayer el telefono y tener que buscarlo por todas partes no me habria atrasado ni habria tenido que enfrentar el trafico de hora punta de fin de semana, habria conseguido llegar a tiempo a la CIP, no habria pasado por casa ni habria entrado en Internet, no se me habria ocurrido buscar su nombre en Facebook ni mucho menos nos habriamos encontrado en Sao Paulo.

La vida, in its own way, tiene su gracia.

sexta-feira, 5 de novembro de 2010

La maleta y la dignidad

Verme en la calle con una maleta, por las razones que sean, me hace siempre sentirme vulnerable. Es como si la situacion tuviera algo de indigno, aunque no sepa muy bien explicar el porqué.
Por motivos que desconozco, ir por la calle con una maleta me hace sentir víctima propícia a algún tipo de burla o de agresión. La sensación es en esos momentos similar a la vulnerabilidad que se siente al salir descalzo a la calle.
En cierta manera entiendo que la dignidad de la persona es inversamente proporcional al tamaño de la maleta que lleva. La indignidad es menor si el tamano y peso de la maleta es reducido y le permite a uno llevarla con facilidad y sin esfuerzo aparente, sin necesidad de arrastrarla. Andar arrastrando una maleta por la calle es arrastrar la diginidad de cada uno. Es penoso a la vista.
Cuando se da la infeliz circunstancia de tener que desplazarme por la calle arrastrando una maleta grande, el sentimiento de humillación que me sobreviene es inevitable.
En ese momento, no hay indignidad mayor. Ni siquiera el hecho de tener ruedecitas incorporadas colabora para evitar esa sensacion. Es por eso que siempre que veo alguien por la calle arrastrando una maleta no puedo evitar dirigirle miradas de conmiseración y lástima.
Nadie debería exponerse de esa manera a ser visto en público arrastrando una maleta por la calle, ni aunque sea para recorrer el corto trayecto desde la parada del bus hasta el portal de casa.
Tampoco deberia nadie andar subiendo y bajando con maletas las escaleras del Metro, mucho menos en horas punta. No solo es patetico sino que tambien contraproducente y peligroso.
Por favor, tengan juicio y hagan uso del transporte publico o privado que este a su alcance, cojan el tren, el taxi, el servicio transfer, un shuttle bus gratuito, un autobús de línea por más regular que sea.
Cualquier cosa antes que ir por la calle cargando maletas.

sábado, 16 de outubro de 2010

Es un latir, un je ne sais quoi

Dependiendo del momento, unas veces lo puedo sentir con mayor intensidad que otras, no lo voy a negar.
A menudo apenas tengo tiempo para sentirlo, funciono en modo automatico perdido en medio de tantos quehaceres rutinarios, tan numerosos como futiles.
Yo, que siempre he sido de los de si no lo veo no lo creo (y estaria mintiendo si dijera que ya lo he visto alguna vez con mis propios ojos) considero una necedad o de una gran ingenuidad dudar aun, a estas alturas, de su existencia.
El problema es, sin duda, el nombre.
Aunque sea invisible yo se que esta ahi. Invisible e indeleble. Inodoro e imborrable. Imperecedero e inmortal.
Lo siento dentro de mi y aunque no pueda verlo, siento sus efectos a mi alrededor.
Los expertos (que a pesar de anos dedicados al estudio, de esto saben bien poco), le han puesto los nombres mas variados, dependiendo siempre de su entorno o de las modas del momento.
Pero es inutil. Solo el hecho de tratar de describirlo con palabras ya lo estaria reduciendo a nociones prostituidas por ideologias e intereses partidistas.
Si tienes suerte, lo podras sentir, pero nunca describir con palabras.
Cualquier tentativa, por muy bienintencionada que sea, estaria condenada al mas absoluto fracaso. Seria tan inutil como pretender navegar por Internet en un ordenador hecho con arcilla o andar por un campo minado protegido con un chaleco antibalas hecho a base de margaritas.
Es una vieja energia nueva, la mas vieja de todas y que, a pesar de ello, aun no ha sido descubierta por el acelerador de particulas del CERN. Es un latir inmovil y una explosion compacta. Es una espiral de plenitud quimica y es el extasis de Santa Teresa corriendose con la boca abiera y aquella expresion, tan suya, de pasmo.
Es un estruendo silencioso como el de la discoteca de musica techno donde todos los que bailan usan auriculares. El recien llegado, que no es capaz de oir la musica porque no lleva auriculares pero que ve gente bailar desde la barra, no puede entender que es lo que les hace moverse y convulsionarse con esa extrana expresion de felicidad en sus caras. Nunca sera capaz de entenderlo por mucho que los gozosos, entre gritos y gestos exagerados, se lo intenten explicar.
Es por eso que es tan dificil de explicar para quien no tiene auriculares. Como mucho podria intentar explicar con ejemplos.
Sin ir mas lejos, ayer lo volvi a sentir durante esa pausa semanal que necesito hacer para parar y escucharme un poco a mi mismo. Y esta vez su presencia no dejo lugar a dudas. Porque fue intensa, inevitable e incuestionable.
La senora Margot fue llamada para recibir un homenaje publico por sus 84 anos recien cumplidos. Con paso inestable pero decidido, subio al estrado acompanada de sus familiares; dos hijos, una hija, varias nietas de diversas edades. Atenta y con la mirada fija en algun punto por encima de nosostros, escucho las palabras de admiracion y carino dirijidas a ella pero que en silencio, tambien le estabamos dirigiendo todos nosotros. Y vi como le miraban con orgullo sus hijos, como las nietas se miraban entre si complices, el gesto del hijo apretando la mano firme a pesar del temblor, la emocion en sus ojos por estar viva y poder estar alli presente, rodeada de tanta energia, amor, llamelo como usted quiera. Y yo pense en los mios, tan lejos y sin embargo tan cerca, con sus 75 o 94 anos. Esta vez su presencia fue tan clara que no habia como pasarla por alto.
Pero tambien lo siento cuando duermes acurrucado a mi lado. En esos momentos pienso en contradecir a Neruda y decirte como me gustas cuando callas porque estas mas presente. Y me oyes desde cerca y con mi voz si que te toco.
Aprietas contra el mio tu cuerpo de bambu, delgado y flexible. Doblas tus extremidades buscando el acoplamiento perfecto y terminamos durmiendo los dos ocupando un minimo de espacio de la cama como si fueramos dos conchas o dos cucharas cuidadosamente guardadas. Acoplamiento perfecto sin necesidad de penetracion ni perforacion. Porque no hay necesidades fisicas ni urgencias sexuales. Hay simplemente un intercambio de energias que nos aproxima al mito de la union total entre dos seres independientes (Y tan diferentes).
Aunque se me ocurran ejemplos mas cursis, en ese momento diria que es como la fuerza que solo dos polos de signo contrario son capaces de generar. Polos opuestos que se atraen y se complementan. El yin y el yang bicolor con un fondo gris.

terça-feira, 12 de outubro de 2010

Las líneas de Nasca

Como habíamos combinado, a las 330 am ya estaba esperándome en la puerta Jorge, mi chófer particular, para llevarme a la estación de autobuses Cruz Del Sur con la que recorreria los 450 kms hasta Nasca. El día anterior le había comprado un paquete full day por $190 (Tras el regateo de rigor, había conseguido que me hiciera un descuento de $5) que incluía recogida del hotel y traslado a la estación, viaje en autobús de dos pisos con derecho a desayuno, paseo de avioneta de 35 min sobrevolando la extesión de 50 km2 en que estaban las famosas líneas de Nasca y vuelta de nuevo para Lima.
Durante el trayecto de 7 horas hice amistad com Herminia, una brasilera de S Jose Dos Campos que era corrdinadora del SAMU y que se bajó en el Parque Nacional de Paracas desde donde continuaría su periplo siguiendo la ruta de los Incas.
Cuando finalmente llegamos a Nasca me estaba esperando el representante de la agencia junto con otros dos pasajeros que habían bajado del mismo autobús, un ingeniero informático de Porto Alegre y Juan, un catalán de Tarragona con el que me hizo ilusión comunicarme en catalán y que me escucho ligeramente extranado ante mi mezcla de acentos y expresiones abrasileradas.
Cinco minutos después de montarnos a la furgoneta del guia llegamos al aeródromo al que habian puesto el nombre de Maria Reiche, la matemática alemana que había dedicado su vida a estudiar las más de 1.000 líneas y geoglifos descubiertos sobre la planície de Nasca y a la que los mas viejos del lugar aún recordaban examinando el área acompañado de una escoba y una gran paciencia.
En la pequeña terminal del aeródromo los turistas esperaban pacientemente su turno asistiendo un film en francés de la TV5 que exhibían los monitores distribuídos por la sala de espera mientras afuera los vendedores de souvenirs apropiadamente vestidos de indígenas ofrecían sus mercancias made in China aceptando soles, dólares americanos o euros.
El sobrevuelo en la pequena Cessna fué más breve de lo que me hubiera gustado, sin embargo fue suficiente para emocionarme al pensar en la posibilidad de que aquellas enormes figuras de animales (algunas median mas de 250m) y formas geometricas y trapecios cuyo origen y fínalidad continuan hasta hoy desconocidos, fueran efectivamente pistas de aterrizaje hechas por extraterrestres. Me prometí a mi mismo buscar y releer de nuevo los libros de Von Daniken que habían sido tan populares en los años 70 y 80 en pleno auge de la fascinación por los UFOs.
Tras el breve vuelo, comiendo en un restaurante de la calle principal junto con el catalán y el brasileño, quien por cierto, no me quitaba ojo de encima confiando sin duda en las discretas señales captadas por el radar interno que todos llevamos dentro, comentó mientras engullía enormes pedazos de pollo frito con ají como eran de peligrosas esas avionetas y cómo la semana anterior habían muerto los 4 ocupantes, dos de ellos turistas ingleses, al estrellarse el bimotor tras un fallo mecánico debido, probablemente, a falta de mantenimiento. Por lo visto, cada vez que ocurría un accidente, cosa que en los últimos tiempos se había venido repitiendo con sospechosa asiduidad, la empresa desaparecía para abrir de nuevo con un nombre y registro diferente. Por suerte, el informático había hecho sus deberes de casa antes de salir y se había asegurado que la empresa contratada para nuestro paseo fuera una libre de toda sospecha.
Tras un par de horas dejándome perder por las calles y plazas con viejitos indígenas secandose al sol (tengo que ir a comprar sellos, había dicho dejándolos bebiendo cerveza en el pequeño restaurante con la intencion de poder callejear a mi aire y curiosear por la ciudad) ya estaba de vuelta en el autobús de vuelta para Lima. Me dio rabia no tener mas dias y poder seguir hacia Cuzco y visitar Macchu Pichu y El Valle de los Reyes como mis compañeros de excursión. Queda pendiente para la próxima escapada.
En la estacion de autobuses de Lima, después de otras 7 horas de viaje y 450 kms de vuelta que me sobraron para acabarme la novela de Jaime Bayly e iniciar el libraco que me había comprado el día antes ("1491, Una Nueva Historia de la America Precolombina"), ya me estaba esperando Jorge acompañado por su novia, quien sospecho que era mudita ya que apenas se limito a sonreir en todo el trayecto hasta que me dejaron de vuelta en el hostal.

domingo, 10 de outubro de 2010

Lima, Perú

El avión de TAM posó con suavidad en el aeropuerto de Lima tras un vuelo de 5 horas de las cuales la mayor parte me lo pasé sentadito junto a la ventana sin apenas dormir a pesar de haberme levantado a las 5 am y sin poder moverme por causa del vecino de asiento que durmió durante casi todo el viaje.
En el taxi, camino de la ciudad converso con Jorge, guía turístico y taxista en sus ratos libres quien me cuenta la cantidad de cosas que Fujimori hizo por el país y comenta la gran injusticia que supone que lo hayan metido en la carcel, trato injusto para alguien que se sacrificó tanto por el Perú. Como es lógico, me abstengo de exponer la pésima imagen que tenemos del Chino fuera de su país.
Tras atravesar el barrio de Callao y bordear la ciudad por el famoso malecón donde unos chicos hacen surf y otros lo sobrevuelan en para-gliding, el mismo malecón del que hablaba Vargas Llosa en Los Cachorros, pienso entusiasmado, llegamos al Hostal Killany, situado en la Avenida Reducto en el corazón del bonito barrio burgués de Miraflores.
Lo primero que me sorprende de Perú es la amabilidad de las personas con las que trato, no se si porque les gustan los extranjeros, mi acento o porque por sus venas aún corre la legendaria docilidad de los indios.
También me sorprenden los libros distribuidos gratuitamente por la asociación de editores del país que encuentras en las mesas de los bares y restaurantes y que no pueden ser vendidos ni comprados. Simplementes los dejan en las mesas para que te lo lleves y lo leas y después lo vuelvas a dejar en cualquier otro lugar.
Callejeando sin rumbo por el centro histórico de Lima (por algún motivo que desconozco, lleno de imprentas, talleres y gráficas), encuentro finalmente una calle con varias librerías de viejo.
Como ocurre con la mayor parte de las librerías de viejo en todos los lugares del mundo, las obras de autores célebres y consagrados se codean con libros y tratados de autores desconocidos donde nunca falta el Mein Kampf o el libelo antisemita Los Protocolos de Sion en que se denuncia la perfidez de los judios y sus contubernios para controlar el mundo. El vendedor, que se percata de mi interés por el tema al verme ojear este último, me pregunta que de donde soy. Al decirle que soy español desaparece por la trastienda para aparecer unos segundos después con un libro de fotos de las principales juderías de España. Me pregunta si aún quedan judíos en España y me cuenta como después de la II Guerra Mundial el gobierno peruano les negó la entrada (cosa que no hizo con los chinos, añade con un gesto como de sorpresa y resignación).
Igual que les ocurre a las fashion victims con sus compras compulsivas en los outlets yo soy incapaz de salir de una librería con las manos vacías. A pesar de abundar las ediciones de todas las obras de Vargas Llosa, me decido por el antepenúltimo libro de Jaime Bayly al que hace años que tenía abandonado así como una recopilación de cuentos de Cortázar de la que nunca había oído hablar. Borges, que era ciego, decia que se imaginaba el cielo como una gran biblioteca donde pasaria el tiempo leyendo. Yo, que lo primero que hago al llegar a una ciudad por primera vez es perderme por sus calles y buscar librerias, a ser posibles de libros usados y raridades, en cuanto comienzo a husmear entre los volúmenes y revistas atrasadas amontonadas empiezo a ser atacado por la rinitis y la sinusitis que me provoca mi alergia a los ácaros del polvo. Una auténtica cabronada. Menos mal que nunca viajo sin mi capsulita de Rinoebastel que siempre llevo conmigo y que reservo para casos extremos y cuyo tacto al meter la mano en el bolsillo me da automaticamente peace of mind. Si existe un Dios sin duda tiene un sentido del humor muy extraño.

Mañana salgo en autobús con destino a Nazca (7 horas de viaje, 450 kms de polvorientas carreteras por el desierto) donde sobrevolaré las míticas líneas de Nazca en una avioneta. Como será mi último día entero en Perú tendré que hacer la ida y la vuelta en el mismo día lo que implica levantarme a las 330 am para cojer el bus de las 4am y llegar, tras más de 7 horas al mediodía. Sin duda, valdrá la pena...

segunda-feira, 20 de setembro de 2010

Un cuento de verano (II)

-Vaya chorrada de juego, colega, conociendo las aficiones de tu padre seguro que lo que le hubiera gustado ser es chuloputas, dijo Juande soltando una carcajada cuyo eco en las paredes de la vieja casona hizo que me sobresaltara al tiempo que daba un codazo de complicidad a Manolo, sentado a su lado y que ni siquiera se molestó en levantar la cabeza enfrascado como estaba en la árdua tarea de liarse un cigarro. Aquel verano nos habíamos aficionado a liarnos esos cigarros con aspecto de porro con el tabaco de liar que Manolo le cojia a su padre cuando este se descuidaba. Ello, junto al hecho de tener 16 años, dos años más que los demas, ya le había hecho merecedor de nuestra admiración y respeto.

-Mira que eres imbécil, dijo solícita Carmen mirando alternativamente a Juande con rabia y a mí con cara de disculpa pensando que a lo mejor me había molestado el comentario- Para que lo entiendas, anadio, se trata de adivinar lo que su padre habría querido ser, no tu vocación secreta, mamoncete!

Esa vez nos reímos todos al unísono mientras nos mirábamos sorprendidos ante la acidez de la lengua de Carmen, quien en los últimos dias había estado inusualmente callada y modosita. ("Estará embarazada?", habia bromeado Juande un día antes, "Qué va son cosas de mujeres, quien las entienda..." habia añadido Manolo con aire suficiente y experto).
Mientras celebrábamos la respuesta de Carmen, que por una vez había conseguido que Juande se quedara sin palabras, nuestras carcajadas se multiplicaron y expandieron por toda la casa, avanzando por sus oscuros pasillos y entrando en las silenciosas habitaciones llenas de polvo, pasando por alacenas y despensas llenas de telarañas donde hacía años que nadie más entraba, subiendo hasta el desván donde se amontonaban muebles viejos, armarios llenos de ropa y batas carcomidas, restos de armazones de camas, radios antiguas, alguna estufa arrumbada, herramientas oxidadas y olvidadas y cámaras donde colgaban las cuerdas que alguna vez se usaron para colgar melones y que a la luz mortecina de la bombilla me recordaban a la soga de un ahorcado en las raras ocasiones en que nos habíamos aventurado a jugar alli durante las horas muertas en que todo el mundo dormía la siesta.
Fue justamente en ese momento en que parecía que nuestras risas aún sonaban a pesar de que ya habíamos parado de reirnos - Alvarito aún con los ojos llenos de lágrimas y aguantándose con una mano la barriga como si se le fuera a caer mientras con la otra señalaba burlón a Juande, azuzándole para responder de la manera debida a Carmen- que percibimos un ruido diferente que nos hizo estremecernos y mirarnos los unos a los otros.

El eco de nuestras risas dejó paso, ahora de manera más nítida, a lo que parecía un llanto lejano que nos llegada como amordazado desde lo más profundo de la casa.

-"Qué cono es eso? Parece un gato maullando", dijo Juande de manera poco convincente e intentando parecer calmo mientras aprovechaba para acercarse a Isa, quien apoyada contra la pared, no había podido evitar soltar un pequeño gritito.

-"Ehh, no te me la apalanques, chaval," le dijo Alvarito asumiendo el rol de defensor de la honra familiar, "Que te veo venir! "añadió dándole un empujón de broma, como intentando alejarlo de su prima.

-Oye guapo, que a mi no me hace falta que me defiendan, protestó esta al tiempo que se apartándose de la pared se acercó desafiante a Juande, además, "Y si a mi me gusta que se me arrime, que? Acaso vas a correr a decirselo a mis padres?" Andaa ya...so niñato!

"Calma todos," dije haciendo una señal con la palma de la mano y dirigiendo la mirada hacia el techo como tratando de localizar el origen del supuesto maullído que parecia haber parado.
"Para vuestra información, dije tras unos segundos de silencio, y visto el poco éxito de mi juego, mi padre siempre ha dicho que le hubiera gustado ser mayordomo, de esos de las casas victorianas inglesas con uniforme de librea y guantes blancos..." expliqué en un intento por retornar a la normalidad y continuar con el juego.

-"Criado, ya le vale " me interrumpió Isa -"Yo para nada iba a querer ser la chacha de nadie, no te jode, a buenas horas! dijo ella con su finura habitual en un intento por continuar con la conversación aunque todos parecíamos estar más pendientes del extraño ruido que en lo que estaba diciendo.
"No te engañes, mona", le dijo Carmen, al fin y al cabo todos somos criados de alguien, la única diferencia es que por lo menos esos lo tienen claro y no se engañan.

-"Así se habla", celebró Manolo dejando de lado el cigarro tras conseguir finalmente liarlo, " Esta chica promete, ya lo creo!"

Afuera, los relámpagos con sus truenos cada vez más seguidos nos anunciaban que la tormenta que se cernia sobre el pueblo se aproximaba rapidamente como con ganas acumuladas por descargar el agua que no habíamos tenido desde el comienzo del verano, segun los comentaristas, uno de los más secos de la ultima década. El sonido de la lluvia cayendo con fuerza redoblada nos llegaba a través de la ventana enrejada que daba a la calle. Una figura oscura paso corriendo y chapoteando intentando cubrirse la cabeza con lo que parecian los restos de un periodico hasta desaparecer de repente en uno de los portales vecinos. A pesar de que no debian de ser mas de las 8 de la tarde la oscuridad en la que se veia inmensa la calle tras el apagon hacia que pareciese noche cerrada.
"A este paso las alcantarillas no van a dar abasto", dije mirando hacia la calle y señalando los ríos de agua que bajaban por las aceras arrastrando con fuerza todo tipo de papeles y desperdicios.
En ese momento se oyo de nuevo el llanto. Solo que ahora se le podia oir con mucha mas fuerza, como tratando de imponerse al ruido de la lluvia.

Esta vez el silencio entre nosotros fue inmediato y con un escalofrio dirigimos todos al unisono la mirada hacia el pasillo donde al fondo se veia, como una boca negra y oscura, la escalera que accedía a las plantas superiores. Isa se levanto de un respingo y estremecida se apretó a Juande ante la mirada de Alvarito quien esta vez optó por no decir nada.
- "Ni de coña es eso un gato" dije yo, "Más bien parece un niño o una vieja llorando..."

-"Basta ya, Ramón, que me estas poniendo los pelos de punta", me gritó Isa, cada vez más nerviosa.
-"Es verdad", dijo Juande aprovechando para atraerla mas hacia sí y apretarla un poco, "Eso no puede ser ningún animal, creo que deberíamos subir e investigar un poco" dijo con aire gallito y buscando con la mirada a alguien entre nosotros que le secundara.
Tras una breve deliberación en la que discutimos la necesidad o no de subir a buscar el orígen del extraño llanto, que cada vez era más audible y parecía querer llamar nuestra atención, Manolo, quien hasta ese momento habia estado mas pendiente de su pseudo-porro que de la conversacion, se ofreció a quedarse en la sala junto con Isa, quien ya había dejado bien claro que ni loca iba ella a ponerse a buscar por la casa a la luz de las velas como si se tratase de una pelicula de terror. Como Carmen decidiera que ella se quedaba para hacerles compania, solo quedamos Juande, Alvarito y yo para subir y registrar la casa.
Alvarito, como dueno y senor desde que su abuela muriera en su cama en aquella misma casa en la que nos reuniamos para jugar dos anos atras, fue el encargado de abrir la comitiva.
Armados cada uno con una vela que sujetabamos en botellas vacias de Coca-Cola, empezamos a caminar por el pasillo con la intención de explorar primero los dormitorios del primer piso para continuar despues por el desván. Tras llegar al primer rellano y desde la puerta que daba al cuarto de la abuela, sin querer adentrarnos demasiado, la poca iluminacion de las velas no devolvio la imagen oscura de la vieja cama, el enorme baul a su lado donde guardaban las sabanas y mantas, el armario de 3 hojas cuyo espejo nos devolvio, sobresaltandonos por un instante, nuestras imagenes a la luz de las velas y la percha con varias chaquetas colgando y lo que parecia un sombrero.
Tras la breve inspeccion y como que el llanto parecia provenir de la parte superior de la casa nos dimos por satisfechos y en lugar de inspeccionar las demas habitaciones decidimos seguir por el pasillo en dirección hacia la puera que daba acceso al desván.
A través de la puerta de madera el llanto se podía oir com mucha más fuerta, como si quien quiera que fuera que estaba al otro lado supiese que estábamos cerca y nos estuviera invitando subir. Alvarito se aproximo y tras mirarnos como buscando aprobacion, descorrio vacilante los dos cerrojos. En el mismo momento en que la puerta del desván comenzo a abrirse con un chirriar oxidado, el llanto paró de repente.
-Joder, me cago de miedo, exhalo a mi lado, Juande.



















terça-feira, 10 de agosto de 2010

Un cuento de verano (I)

Aquella tarde lluviosa de final de verano respiraba a misterios y falsas historias de fantasmas.
Hacía ya varias horas que llevabamos encerrados en la vieja casa de la abuela de Alvarito llena de habitaciones abandonadas que olían a polvo acumulado y a humedad. La lluvia torrencial había hecho imposible continuar con la competición de acrobacias en el improvisado circuito de bici-cross en las heras a las afueras del pueblo en el que solíamos matar las interminables tardes de verano y del que rara vez conseguíamos salir sin magulladura.

El apagón generalizado causado por el fuerte aparato eléctrico de la tormenta cuya llegada nos habían estado anticipando los noticieros de las televisiones locales de manera machacona en los últimos días como si se tratase de la llegada del mismísimo Apocalípsis, nos había condenado a la luz mortecina de las velas que habíamos distribuído con la ayuda de los más variados recipientes por las principales habitaciones y pasillos de la vieja casa, ignorando las protestas de la neurótica de Isabel, la prima madrileña de Alvarito e hija única, para más inri, de bombero, que ese verano se nos había pegado a la panda como un chicle a la suela de un zapato.

Tras varias horas intentando no aburrirnos tratando de adivinar las imágenes grotescas que arrojaban nuestras manos gigantescas y deformadas en su proyección sobre la pared del enorme comedor lleno de sombras (en aquellos lejanos años 80 aún no existian los móviles ni mucho menos Internet) dedidímos ponernos a jugar a las adivinanzas. Cada uno de nosotros tendría cuatro tentativas para adivinar el secreto del personaje propuesto que siempre habría de ser conocido por todos los presentes.

-Por ejemplo, dije dando início a la ronda de adivinanzas, adivinad a que hubiera querido dedicarse realmente mi padre.

Todos los que estaban en la habitación de la casona conocían la fama de crápula de mi padre así como su desmedido interés por la buena vida. Mujeres, juego y bebida constituían la Santísima Trinidad a la que había dedicado su vida con una devoción tan intensa que provocaría rubor a nuestras vecinas de rellano, las famosas Caperucitas; dos hermanas solteronas a las que siempre había conocido de riguroso luto vistiendo púdicas faldas negras y rebecas a juego con sus bolsos de polipiel del mismo color y que nos provocaban una mezcla de risa y aprensión en las ocasiones en que nos las encontrabamos saliendo o entrando del apartamento luciendo mantilla y teja alta en su condición de Miembros de Honor de la Hermandad de Nuestra Señora de Maria Mantelate, cofradía de longíqua tradición dedicada al reciclado, tutelado y reparación de las almas descarriadas de las jovencitas ligeras de cascos que abundaban por nuestra comarca.

El caso es que mi padre Ramón Fernoll, más conocido simplemente como Don Ramón, y para quien yo era el quinto y último eslabón de una loca secuencia que habia comenzado en los boyantes anos 70 en los que con la colaboracion de mi madre habian decidido traerme a mi y a mis hermanos al mundo casi en producción en cadena (saliamos a un hijo por ano), productividad que reflejaba el momento de expansión y crecimiento de los negocios inmobiliarios de mi padre. Cuando varios años mas tarde llegara la época de las vacas flacas, ya en los últimos estertóres de los años 80, en que seríamos testigos del desmoronamiento de su pequeño imperio con la misma velocidad con la que había crecido, ya era demasiado tarde como para plantearse una planificacion familiar mas acorde con el limitado presupuesto familiar.
Mi padre, dicho sea de paso, nunca se dio por vencido ante los reveses de fortuna y continuó enfrascándose con gran empeño en todo tipo de iniciativas comerciales haciendo gala del mismo espíritu emprendedor de mi abuelo y de mi bisabuelo indiano, quien muchos años antes, tras su regreso a Valencia tras la pérdida de Cuba, había conseguido triunfar como fabricante de jabón y productos de desinfección, de gran demanda en aquella época.

segunda-feira, 2 de agosto de 2010

El té, con leche, por favor!

Tras más de tres años viviendo en São Paulo ya se que únicamente puedo pedir té con leche en aquellos lugares o restaurantes más sofisticados.
Al principio lo solía pedir siempre que me ofrecían café al acabar de comer. Mi petición era inevitablemente recibida con caras de extrañeza por parte de los camareros, poco acostumbrados no tanto al tipo de petición como a mi acento de extranjero. En algunas ocasiones el camarero asentía y desaparecía para aparecer de nuevo unos segundos después acompañado de refuerzos personalizados en la figura de otro camarero, imagino que con mayor experiencia y mas avezado en este tipo de situaciones difíciles al que, invariablemte, tendría que repetir mi petición. La situación se repite siempre que voy a pedir un burguer y solicito que la cebolla, en lugar de frita, como es costumbre aquí. sea una rodaja entera y cruda.

En el tiempo que llevo viviendo aquí, comiendo casi todos los días fuera de casa, ya he aprendido que independientemente de si me entienden o no, el camarero brasileño nunca va a tener valor de preguntarme qué es exactamente lo que quiero. Simplemente asentirá y hará lo que a su mejor manera haya entendido, o como en el caso anteriormente relatado, pedirá refuerzos y ayuda a otro compañero.
La cuestión es que por motivos que desconozco, sea por educación, por evitar molestas complicaciones o sea por pasarle la patata caliente a otro, nunca son capaces de preguntarme y aclarar de una vez las posibles dudas.

sexta-feira, 30 de julho de 2010

Vinicius, 4 anos despues


Decirte que no hacia falta que te fueras de esa manera es algo que resulta obvio. Primero, porque ya no estas aqui para oirme, segundo, porque de nada habria servido decirtelo antes, mis palabras no habrian tenido el menor efecto.

Trastorno depresivo, inadaptacion social, hipersensibilidad frente a un mundo que se desmorona, cobardia, aislamiento, angst adolescente, valentia, mucho se ha escrito sobre los motivos que te llevaron a creer que la vida no valia la pena. Ahora poco o nada importa. Cada uno es libre de hacer su propia valoracion. Probablemente todas esas interpretaciones tengan algo de verdad.

Es posible incluso que todo ese sufrimiento, demasiada carga para unos hombros tan debiles, pudiera haberse solucionado con unas cuantas dosis de pastillitas azules capaces de regular los niveles desequilibrados de los neurotransmisores de tu cabeza.
O a lo mejor tu inteligencia privilegiada te permitio asomarte al abismo y ver con claridad lo que los demas mortales apenas conseguimos sospechar. La verdad nunca la sabremos y, de hecho, puede que sea mejor asi.

El caso es que llego un dia en que te negaste a seguir intentandolo. O mejor dicho, puede que tras meses de intentarlo en vano, probablemente, mas por tu familia que por ti, acabaras convenciendote de que no habia otra solucion. Una mente sumamente racional es capaz de las peores atrocidades para con uno mismo. Al fin y al cabo, el infierno somos nosotros.

En tu inmensa frustracion, decidiste pedir la ayuda equivocada a tus amigos virtuales, amigos que desinteresadamente te ofrecieron diferentes maneras de poner fin a tu existencia con el menor sufrimiento posible.
El dia senalado no te temblo el pulso y te mantuviste conectado al ciberespacio en el que te habias dado a conocer, informando fielmente a todo aquel que quisiera leerte en tu avance hacia una muerte anunciada y premeditada. Y asi de facil, paren el mundo, que me bajo, te saliste por la puerta de atras dejando un mar de preguntas y desconsuelo.
Cuatro anos despues de tu marcha tu musica aun sigue viva propagandose por la Red y despertando admiracion en los 5 continentes.

Quiero creer que si hubieras conseguido aguantar un poco mas y dejar atras esa edad dificil habrias dejado de ser tan vulnerable y hoy estarias disfrutando del exito que sin duda te estaba reservado. Infelizmente, eso ya no lo veremos. Apenas quedan unas cuantas canciones que son testigo de tu genialidad, paginas sueltas del gran libro que nunca llegaras a escribir y del que nos privaste para siempre aquel 26 de julio del 2006.

Aun cuesta creer que detras de esas letras que hablan de sufrimiento adulto se escondia un muchacho de apenas 16 anos con dificultades para relacionarse en el mundo real y que sin embargo, gozaba de la admiracion y respeto de sus amigos virtuales.

Ya han pasado tres anos desde que conoci tu historia- te habias ido 1 ano antes - y aun me resulta increible pensar como un chaval de Porto Alegre (Gay Harbour, como solias referirte a tu ciudad) fuera capaz de componer y escribir letras con tanta fuerza y sensibilidad.

Hoy Yonlu cumpliria 20 anos.

sábado, 10 de julho de 2010

Casi, casi, Itaca

Llegar a Heathrow tras casi 12 horas de vuelo, desembarcar ordenadamente, subir y bajar escaleras mecánicas, pasar el control de inmigración sin colas ni grandes ceremonias de los pasajeros nacionales y comunitarios, recoger la maleta Samsonite de color negro que ya da vueltas impaciente en el carrusel de la cinta automática, ser interceptado por un joven agente, alto, rubio, inglés, que interrumpe mi paso decidido al cruzar bajo el cartel verde de nothing to declare y que tras las preguntas de rigor, de dónde vienes (from Sao Paulo), para cuanto tiempo te quedas (just for 1 day), revisa mi pasaporte y al percibirse de mi nacionalidad me pregunta por mi previsión al partido del domingo, final de la Copa del Mundo.
- 2-Null for Spain, le digo sin titubear, a lo que acto seguido, me sonrie, pone de vuelta el pasaporte en la mano y deseándome suerte, me permite continuar mi camino.
Bajar, por primera vez al metro, al London Tube, tras los casi 3 años que llevo viviendo en Brasil. Espero apenas 2 minutos hasta que llega mi tren, inicio de la Picadilly Line. Voy leyendo los nombres de las estaciones indicadas en los mapas que cuelgan en las paredes de los andenes por los que pasamos y que, tan familiares y tan remotos al mismo tiempo, remueven mi conciencia y sensibilidad. El jet-lag sin duda me hace especialmente sensible y me siento confundido por mil sentimientos contradictorios al recordar momentos y escenas relacionadas a cada una de las estaciones; Osterley Park, Earls Court, Wimbledon, final de la District line.
Porque fueron 7 años los pasados en esta ciudad donde (aún) tengo casa y amigos. Un pedazo importante de mi juventuz e inicio de la madurez al que apenas había dedicado tiempo para pensar durante el último lustro. Buen ejemplo de moving on, como dicen los ingleses.
El penúltimo episodio de mi vida reducida a imágenes de cartón postal que no reflejan las vivencias y transformaciones íntimas que han jugado un papel clave en la formación de quien hoy soy.
Durante el trayecto que me lleva desde Heathrow a Earl´s Court observo a las personas que entran y salen del vagón que a cada estación se va llenando cada vez más. Es viernes por la tarde y hace un sol de justicia. 34 C había anunciado orgulloso el piloto poco antes, al posar el gigantesco 777 con docilidad y darnos la bienvenida al Reino Unido. El típico día soleado que en Londres, por infrecuente, casi una raridad, siempre es celebrado con explosiones eufóricas de sus habitantes que toman al asalto los diferentes parques, jardines y terrazas de la ciudad. Un día en que quedarse en casa en lugar de salir para disfrutar del sol es considerado casi como una ofensa nacional. A mí, la persona más feliz del mundo al ver llover, esos dias siempre me parecieron deprimentes.
Antes de acudir al Costa Café del Soho para encontrarme con los amigos a los que no he visto desde mi marcha a Brasil, decido acercarme a West Norwood para echar un vistazo al apartamento con la excusa de conocer personalmente a la actual inquilina.
La entrada medio cutre a la que se accede al edificio victoriano de tres plantas por una calle trasera, paralela a la calle comercial a la que dan las ventanas del piso, con su algún que otro mueble abandonado y bolsas de basura, las cartas y los varios sobres de publicidad desparramados por el pequeño rellano que me dan la bienvenida mientras subo a grandes zancadas hasta el 3 piso, me produce un gran contraste con el acogedor estado del apartamento.
Afortunadamente, Nathalie, la abogada soltera que comparte el piso con su pez de colores -previa autorización por escrito- y su colección de novelas románticas, no necesita esforzarse demasiado para convencerme de que es una maniática de la limpieza y el orden.
Respiro aliviado y tras los formalismos habituales abandono el piso aliviado pero también con un cierto sentimiento de envídia al ser ella quien está disfrutando del apartamento y no yo. Por un momento me imagino como sería vivir allí con Matt, proyecto con el que habíamos fantaseado en numerosas ocasiones, y decido que solamente podría considerar seriamente la idea de vivir algún día en Londres si fuera para vivir felíz en pareja. Por algún motivo, de repente la vida de soltero en una ciudad como Londres se me antoja insoportable.
Mi paso rápido de apenas 18 horas por la ciudad que me acogió y cuidó de mí hasta mi recuperación por completo de un batacazo profesional a finales del año 2000 (y un día hablaré de AENA) y en la que no fuí ni más feliz ni menos que en cualquier otro sitio - la felicidad, dicen, la llevamos dentro- hace que mil sentimientos se agolpen dentro de mi a la mañana siguiente durante los escasos 30 minutos que tarda el Gatwick Express en llevarme de Victoria St. al aeropuerto.
Filas ordenadas, hordas de turistas ingleses en su mayoría matrimonios jóvenes con hijos de corta edad cargados de maletas y carritos plegables, grupos de amigos en chanclas, shorts y gafas Ray-Ban camino de Ibiza y sucedáneos (la verdad, tanto daba Espana, que Italia o Grecia) en busca de las 3 eses (sun, sea & sex), la inevitable camiseta de Superman o el ridículo sombrero mexicano adquirido durante las vacaciones el año anterior en algún lugar de Gran Canaria, el chico en la fila del check-in que lleva la misma camiseta que tu y con el que evitas la mirada mientras piensas en cómo la misma ropa en otros nunca les queda igual que a uno. O les queda mucho mejor o mucho peor, pero nunca igual. Un insufrible padre de familia que viaja con una prole de número indeterminado a juzgar por la numerosa parafernalia y complicada logística con la que dificulta la colocación del equipaje de mano a los demás pasajeros, entre los cuales yo me incluyo, en los compartimentos superiores de la cabina, que luce con orgullo una apretada camiseta de Ghostbusters que oprime su vientre abultado y que confirma, sin necesidad siquiera de decírlo, su pertenencia a la tribu de los nerds.
El vuelo de dos 2 horas y 20 minutos de los cuales me paso durmiendo 1 hora y 40 minutos tras una larga noche de rumba, como se refieren los colombianos al salir de fiesta, marcada por poco sueño, el ya mencionado jet-lag y una dosis excesiva de paracetamoles.
De repente, y sin apenas darme cuenta, me encuentro en casa.

sábado, 26 de junho de 2010

Patria, Dios y Futbol...

Y llega un buen sábado por la mañana, con la privacidad que me ofrece encontrarme sólo en casa y por tanto, sin necesidad de fingir ante nada ni nadie, en que me sorprendo encendiendo la TV con la intención manifiesta y declarada de asistir un partido de fútbol.
En princípio nada habría de especial en ese hecho pues se trata apenas de un hogar mas entre los millones de telespectadores que siguen los mundiales de fútbol tanto en Sao Paulo como a lo largo y ancho de Brasil y del planeta entero.
Por muy inaudito que pueda parecer en mi caso, el acto de encender la tele para ver el fútbol ha sido una elección personal y libre y que se ha impuesto a otras actividades alternativas tan sanas como podrían ser continuar con la lectura de la biografía de Chagall (ya en sus últimas 100 páginas), bajar a almorzar a mi padaria favorita (sábado es día de feijoada) o aprovechar el soleado día de invierno para acercarme y darme un par de vueltas por el parque de Ibirapoera (auténtico Central Park saopaulino).
Y de repente me sorprendo disfrutando como un enano del partido y celebrando el gol de Luis Suarez con el mismo entusiasmo que poco antes había celebrado el gol de Lee Chung -coreano monísimo, todo sea dicho- y una parte dentro de mí, alarmada, apreta mentalmente el botón de pausa que congela el momento para preguntarme cómo he podido llegar a este punto.

Déjame dejar primero una cosa bien clara; Er furbo ni me gusta ni me gustará nunca.
Primero porque nunca le vi sentido a ver a 22 adultos de calzon corto corriendo para arriba y para abajo detras de una pelota durante casi dos horas. Menos aún consigo entender el entusiasmo de las masas al ver ganar o perder a su equipo domingo tras domingo.
Sinceramente, siempre me ha parecido una triste pérdida de tiempo y con frecuencia he sido el primero en ridiculizar a toda esas afición desmesurada por la que me he visto rodeado en cualquiera de los paises donde he vivido hasta ahora, España, Alemania, Inglaterra, y Brasil, lo que se dice pronto.
Durante muchos anos de mi vida lo he odiado con la intensidad propia de quien se reconoce inepto para cualquier actividad deportiva que implique la coordinación de los miembros, inferiores o superiores, en contacto con un esférico de dimensiones indeterminadas, ya sean las de un balón reglamentario de futbol, de basquet o las diminutas pelotitas de ping-pong, que para el caso es lo mismo.
Desde niño he dedicado una gran dosis de la energía que me proporcionaban los Cola-Caos a odiar no solo al juego sino también a todo lo que venía a representar, verbigracia, la automática popularidad a la que eran catapulcados los compañeros del colegio más diestros con las piernas, la ostentosidad de una heterosexualidad implícita, su mal disimulado machismo, la superioridad del físico frente al intelecto, la selección natural del más fuerte, en fin, el triunfo de la burricie sobre la sensibilidad.
En mi intento por reafirmar mi voluntad de ser reconocido como diferente, el repelente niño Vicente que era se vanaglorió siempre de su supino desconocimiento de las diferentes formaciones de la Selección Nacional, de los últimos resultados del Valencia CF y su posición en el palmarés de la Liga o de quién fue el último ganador de la Copa del Rey o de la UEFA.
A mi entender, mi ignorancia en esos asuntos implicaba un reconocimiento automatico de una superioridad intelectual propia de almas mas sensibles y cultivadas. Ni que decir tiene que nunca pasó por mi cabeza el pararme a admirar la intensa preparación física que, como atleta de alto rendimiento, necesita un buen jugador para conseguir dominar del balón y driblar hasta zafarse de su oponente ni mucho menos pararme a pensar en la inteligencia, con sus justas dosis de estrategía y psicología, que es necesaria para conseguir una victoria.
En un mundo donde lo que no es blanco, es negro, las tonalidades gris quedan reducidas al mundo de la fantasía o del delírio.
Hay palabras y conceptos que en el código interno de mi entorno supuestamente progre, contestatario, laicista, y liberal siempre han estado envueltos de un peligroso tufo reaccionario. Me estoy refiriendo, como no, a los conceptos de Patria, Dios y Futbol (con perdón).

El tufo de las dos primeras, me llegó heredado de una generación que nació, creció y vivió la mayor parte de su vida secuestrada en un régimen nacional-catolico que de manera machacona se apropió de conceptos tan ambiguos y personales y cuya peculiar interpretación travestida de verdad absoluta se dedicó a ensalzar durante 39 largos años hasta terminar por vaciarlos de su rico significado personal. Nosotros, que en la Universidad nos considerábamos nacionalistas, aún nos resulta difícil reconocer en público alegría por el triunfo de la Selección Nacional (por no decir España, esa palabra que suena tan feo). El hecho de que La Roja esté formada por apellidos catalanes no es suficiente para abrir la coraza que envuelve el corazón nacionalista y dejarnos llevar por la corriente de furor futbolístico.
Entonces, que esta pasando conmigo? Que hace un supuesto catalanista, ateo y maricón agradeciendo a HaShem por el gol, digamos, de Iniesta, confirmando la ventaja de España sobre Chile? Será que a los 40 años, tras tantas renuncias y traiciones a mi mismo, las propias de la vida, he acabado por renunciar a tan altas aspiraciones y claudicado al embrutecimiento del circo romano?

Los amigos con los que estoy en contacto ininterrumpido a través del Facebook gracias a su aplicación para Blackberry que me permite compartir con ellos momentos tan importantes de mi día a día como que la fabada Litoral del día anterior me ha sentado fatal o el goteo del grifo del baño del vecino no me ha dejado dormir en toda la noche, no pueden menos que alucinar con el entusiasmo con el que sigo La Roja. Para tranquilizarles les digo que no se preocupen, que sin duda es la distancia del terruño que hace mas entrañable cualquier cosa que nos haga sentirnos más cerca de casa, que se acuerden de los anuncios de La Jijonenca o de como los emigrantes españoles en Lyon se ponían a llorar con los primeros acordes de pasodoble de Suspiros de Espana o para no irnos tan lejos en la Historia, los estudiantes de Erasmus en Mainz al escuchar el último del Bisbal...

Y es que, y aquí viene mi reflexión, no somos mas que unas tristes figuras cuyas vidas, marcadas por pequeñas y grandes alegrías o desgracias, no hacen mas que reafirmar la inevitable banalidad de nuestra existencia. Lo importante se convierte en banal bajo una mirada ajena e indiferente. La alegría y las lágrimas originadas por la pérdida de tu equipo de fútbol o la muerte de Michael Jackson, acontecimientos ambos a cuya transcendencia soy impermeable pero que, por motivos que desconozco, son capaces de llegar al corazón de tantas y tantas personas, son tan reales e intensas como mi satisfaccin al pensar en la captura de Eichmann en Argentina por agentes del Mossad hace 40 años o mi tristeza al leer sobre la enfermedad y muerte de Freddy Mercury. Cada uno de nosostros es prisionero de sus propias fílias y fobias.

Gusto y afinidad no se puede discutir ni mucho menos imponer. Ay, Benedicto, si me escucharas...

domingo, 13 de junho de 2010

La vida soñada

Cuando escribo sobre la vida soñada no me estoy refiriendo a la vida que me gustaria tener ni tampoco en lo que me gustaria verla convertida. Me estoy refiriendo a la vida que vivo durante mis sueños.
Para entender realmente la vida, la mia y la de todos, pienso que habria que considerar los dos planos en que ella discurre, la vida real y la vida soñada.
Si contamos con que de las 24 horas del dia duermo una media de 8 horas (contando las 6 o 7 horas diarias que duermo durante la semana y las añadidas durante las perezosas mananas prolongadas los fines de semana) se puede decir que una tercera parte de mis 40 años de vida la he pasado durmiendo.
El tiempo que me he pasado durmiendo suma en total unos trece años y medio, casi lo equivalente a una pubertad.
Durante esos trece anos he vivido situaciones insolitas, dramaticas, algunas que podrian considerarse limite e intensas. He llorado, he reido, me he sentido extremamente feliz y extremamente desgraciado, he presenciado autenticas revoluciones internas, recibido insolitas revelaciones y visitas inesperadas, he vuelto a reencontrarme con amigos y parientes que ya partieron o que no veia desde hacia mucho tiempo y a los que echaba intensamente de menos, he viajado a lugares increibles, paseado y callejeado por ciudades, algunas exoticas, otras sorprendentemente familiares a pesar de saber que no existen mas que en mis sueños.
Se podria decir que en todo ese tiempo he vivido y sentido con la misma intensidad que podria hacerlo despierto durante el dia, con la pequeña diferencia de no haberme siquiera movido de mi cama.
Una parte muy importante de mi vida es soñada unicamente y por tanto nunca podria ser contabilizada ni incluida en un resumen biografico. Cuando hacemos balance de la vida de alguien o escribimos su biografia, deberiamos contar no solamente la parte vivida en la realidad sino tambien la vivida durante los sueños. Las imagenes y situaciones oniricas, en su mayor parte surrealistas, como se podria esperar de un sueno, se alternan con encuentros y conversaciones tan reales o mas que las vividas durante el dia. La sensacion de realidad no se ve afectada por la anarquica libertad de esas imagenes. Son escenas que al verse libres de la esclavitud y limitaciones que impone la realidad gozan, como en el caso de los delirantes dibujos de los ninos, de una riqueza e intensidad ilimitada aun a riesgo de resultar ininteligibles y dificiles de interpretar a posteriori.
En honor de la verdad habria que reconocer que a menudo, lo que podria pasar por una imaginacion fertil no es en realidad mas que un plagio o inspiracion de esas situaciones ya vividas en sueños.
Afortunadamente, algunas de esas conversaciones y situaciones, con frecuencia las mas intensas o las mas recientes, encuentran la manera de sobrevivir al olvido una vez abrimos los ojos al despertarnos y tomar poco a poco consciencia de la realidad.
En esos escasos segundos de dondedemoniosestoy en que poco a poco tomamos medida de las coordenadas espacio-temporales que nos rodean, se disuelven progresivamente las imagenes sonadas, lugares, personajes y ultimas palabras pronunciadas que se desvanecen a toda velocidad como granos de arena entre los dedos. Curiosamente son esas sensaciones y sentimiento vivido las ultimas en abandonarnos.
Tengo la suerte de no recordad cuando fue la ultima vez que tuve lo que se dice una pesadilla. Probablemente ho haya tenido una pesadilla desde la adolescencia. Mi sueño, que nunca tarda en llegar una vez apagada la luz es, independientemente de como haya sido la jornada, intenso y profundo, en ningun caso agitado.
Es por eso que la mayoria de las veces al despertar del mundo de los suenos a la rutinaria realidad aun me invade una sensación agradable como de discreta felicidad.
Mientras las diferentes partes de mi cerebro comienzan a activarse y abandonan el modo stand-by con ahorro de energia de las ultimas 8 horas, ese sentimiento de casi-felicidad deja paso rápidamente a algo parecido a la nostalgia.
Para bien o para mal la realidad acaba por imponerse y las preocupaciones terrenales en forma de obligaciones y tareas que ya comienzan a formar fila en mi cabeza pendientes de acción al comienzo de una nueva jornada, no dejan espacio para la melancolia.

quinta-feira, 3 de junho de 2010

Fuego

Poco antes de las 4 am me despierta el sonido del interfono de la cocina. Se trata de Antonio, el portero, que me avisa que hay fuego en el edificio y tengo que salir del apartamento. Aun con las imagenes de mi ultimo sueno disipandose ante mis ojos, hormigas que tomaban al asalto el pan guardado en una bolsa de plastico y que estaba reservado para una comida familiar, me asomo torpemente a la ventana del dormitorio que da a la fachada principal. Incredulo, me encuentro ante dos camiones de bomberos y unas 50 personas vestidas apenas con pijamas y chandales que parecen mirarme expectantes. Tomando consciencia del olor a plastico quemado que comienza a entrar por el apartamento, busco de manera precipitada en el armario algo de ropa de abrigo y empiezo a buscar, cada vez mas frenetico, las llaves de la casa.
Recordando las recomendaciones y lecciones aprendidas en El Coloso en Llamas y otros filmes catastroficos de los 70, decido evitar el ascensor (cosa facil cuando vives en un 2. piso ) y optar por las escaleras a las que da la puerta de servicio. En el rellano me recibe un olor a quemado mas intenso y no puedo evitar sentir un subito pavor. Sera que llego mi dia, me pregunto mientras incio mi huida hacia la salvacion, sera que hoy, vestido de guisa tan poco heroica, caere vencido por el monoxido de carbono y mi cuerpo sera devorado por las llamas en mi fallido intento por salir y unirme a mis vecinos que ya se encuentran a salvo en la calle?
Con la velocidad que me permiten las chanclas Hawainas alcanzo en cuestion de segundos el patio de entrada y unirme al grupo de somnolientos vecinos que comentan en voz baja la situacion. Un grupo heterogeno formado por vecinas con redecillas y bigudis que abrazan sus yorkshires aun estremecidas por el sobresalto y el frio de la madrugada, el gordo de gafitas que me encuentro siempre en el ascensor y que por algun motivo indefinido, sospecho que trabaja en un banco, el chino y la china del sexto con su hija dormitando en los brazos, indiferente a la casi-tragedia.
Escucho comentarios que me ponen al par de la situacion, Por lo visto el fuego se inicio en la sauna del gimnasio situado en el entresuelo, a apenas unos metros de mi apartamento.
Los bomberos entran y salen por la puerta del garaje con sus trajes ignifugos y mangeras bajo la mirada entre aprensiva y expectante de los vecinos. En los edificions colindantes se ven luces encendidas desde donde los curiosos, despertados por el sonido de las bombas de agua de los camiones de bomberos, asisten al espectaculo desde la seguridad de sus balcones.
Apenas un cuarto de hora mas tarde, Antonio, el portero y responsable maximo por la seguridad de los habitantes de la colmena, nos informa que podemos volver a la cama, que el fuego ya ha sido apagado y que todo esto no va a pasar de un pequeno susto. El anuncio es recibido entre risas nerviosas de vecinos alividaos. Al final todo va a quedar apenas en una anecdota que podremos contar al dia siguiente en la oficina. Diligentemente volvemos a nuestros respectivos apartamentos mientras los bomberos inican su honrosa retirada con la satisfaccion del deber cumplido. En cuestion de minutos la calma ha vuelto al numero 943 de la rua Canario.
Mientras unos vuelven a sonar con hormigas que invaden panes otros se enfrentan de nuevo a escenas de pesadilla que seran incapaces de reproducir por la manana por miedo a ser incapaces de funcionar con normalidad.

domingo, 16 de maio de 2010

La semilla del Mal 2

Por no hablar del Bene, mi Papa favorito, aunque por motivos bien diferentes, desde el anorado Juan XXIII.

Favorito porque gracias a el queda expuesto a los ojos de todo el mundo, el feo y carcomido pelaje de intolerancia habitualmente oculto por capas y mas capas de casullas, estolas y demas capisallos de fina seda a los que nos tiene acostumbrados en sus apariciones multitudinarias.

Al fracasado intento aperturista que supuso el Concilio del Vaticano II de Juan XXIII, por una Iglesia mas humana y justa, mas cercana al pueblo, le ha seguido mas de un cuarto de siglo de intolerancia promulgada por Juan Pablo II y heredada por su sucesor, el indescriptible ex-cardinal Ratzinger.


En curiosa sintonia con sus primos catolicos, Silas Malafate, obispo lider de la omnipresente Iglesia Evangelica Asamblea de Dios, se hace eco de las recientes declaraciones homofobicas del Bene en Fatima y compara el matrimonio gay con la zoofilia y la necrofilia. Y a mi me sorprende que nadie vea la ironia en el hecho de que los lideres de las principales iglesias cristianas se vean convertidos, sospechosamente, en expertos en filias y fobias sexuales.

Que conste que hace anos que me dedico a ignorar, de manera consciente, la marea de insultos, afrentas y desprecios que nos llegan desde Roma. Por un lado, porque se que la base no es necesariamente igual que sus dirigentes, por otro lado porque lo contrario seria inesperado, vamos, como pedir peras al olmo.


A diferencia de mis correligionarios y hermanos de lucha, en su mayor parte beligerantes anticlericales confesos, yo acostumbro a limitarme a sonreir cuando leo que el Vaticano quiere prohibir el acceso a los seminarios a homosexuales, en su intento de cara a la galeria por frenar los escandalos de pedofilia entre sus pastores. Ya ni me molesto en indignarme con ese nuevo intento por igualar homosexual con pedofilo. Me limito a reirme pensando que si depuraran a todos los curas y jerarcas de tendencia homosexual, maricas reprimidas en su mayor parte capaces de afirmar sin sonrojarse su amor por el pecador y odio por el pecado, se iban a quedar tan solo con unos cuantos curillas latinoamericanos en nomina y su legion de tristes monjas.


Paso de pagina y continuo leyendo las noticias. La policia de Brasil encuentra 38 figuras de la Virgen rellenas de droga. La noticia, por algun motivo, me resulta hilariante. Puede ser por el hecho de que los traficantes hayan osado mezclar dos simbolos unanimamente aceptados como opuestos, la droga, que es machaconamente mala (La droga mata, Di no a la droga, Drogas? Paso, Vive la vida!, etc, etc (bostezo) y la Virgen, madre salvadora, llena de Luz, en fin, buena, buenisima que todo nos concede y perdona. Sunpongo que pasa como con los chistes, que cuanto mas crueles, mas graciosos resultan. De ahi el exito automatico que goza todo tipo de chistes de lisiados, de ninos con cancer, accidentes, la muerte de Lady Di (Sabes el ultimo modelito que vistio? Un estampado...), tsunamis, Katrinas, terremotos (El de Chile? aqui, en Brasil, dicen que fue una gran desgracia,...porque ocurrio en Chile y no en Argentina..) y demas cataclismos y desgracias personales.


En vista de todo eso, la unica conclusion posible es que los seres humanos somos crueles, insensibles al dolor ajeno y por naturaleza, malos de pelar. A diferencia de lo que insisten en inculcarnos, no existe esa bondad ni predisposicion natural a hacer el bien. Durante los largos anos de aprendizaje, el nino aprende y adopta unas reglas basicas para poder vivir en sociedad, no porque nos guste sino porque lo necesitamos para funcionar en sociedad. Llamamos amor al projimo lo que son simplemente concesiones necesarias.

El unico sentimiento parecido al amor seria el instinto natural hacia los padres. Lo natural en un nino, ejemplo de Hombre en estado puro, es su deseo egoista de ser hijo unico, ser el centro de atencion y no tener que compartir con nadie los regalos.

En su bendita inocencia, aun no ha aprendido a fingir.

sábado, 15 de maio de 2010

La semilla del Mal

Y de repente me llega por Facebook una invitacion para anadir como amigo a un pajarraco que iba conmigo al colegio Salesianos, alla por los anos 80 y al que los anos, a juzgar por las fotos y los grupos a los que esta subscrito, ha convertido en lider de un partido ultraderechista, espanolista y ultracatolico, de signo marcadamente xenofobo y homofobo.
Movido por la curiosidad decido entrar en la galeria de fotos y echar un vistazo. La foto del perfil, facilmente reconocible a pesar de los anos, muestra la misma mirada entre pirado y bobalicon que recordaba de el cuando tenia 16.
El pelo corto, que ya fue rapado en su epoca de skinhead en la que era conocido por el barrio del Carmen como El Mortadelo, le otorga un aspecto aseado como se podria esperar de un hombre de 40 anos supuestamente bien integrado en la sociedad. Observo que finalmente ha sustituido los polos de Fred Perry y las Doc Martens de su juventud radical por un mas conservador Polo de Ralph Lauren y pantalones chinos, abrazando asi el look tipico del facha urbano que pretende confirmar su pertenecia a una clase media con pretensiones que sin duda alguna con Franco vivia mejor, mucho mejor.
El ciberespacio reduce a trizas por un momento la sana distancia que el paso de veintitantos anos habia creado entre nosotros. Obviamente, no solo no he aceptado su invitacion sino que ademas me he propuesto borrar a todos los amigos y contactos de la epoca del colegio que por algun motivo ya le han aceptado y que de alguna manera me conectan con el y con una realidad inquietante y que da miedo.
Yo que ingenuamente creia que todas esas mentes retrasadas estaban desapareciendo progresivamente, unos con el cumplir de los anos y madurando con el tiempo y otros, los mas lucidos que llegan a ver lo obsoleto de su mensaje, retirandose discretamente para ceder su sitio a sangre joven y fresca, de ideas mas abiertas y cosmopolitas, libres de preconceptos.
Al ver las fotos de los mitines y concentraciones en las que se le ve participando, altavoz en mano y entourage de guardia pretoriana protegida de Ray-Bans oscuras, pienso en esa nueva generacion de neofascistas disfrazados de neocons dispuestos a repartir su carga de veneno y odio y que para mas inri, cuentan con el apoyo y simpatia del Papa actual en mas de uno de sus postulados, figura por otro lado, que por muy patetica que pueda parecerme, es hoy lider de la Iglesia predominante del pais y es por tanto capaz de ejercer una peligrosa influencia en una sociedad sumida en una profunda crisis de valores.
No puedo evitar imaginarme un futuro de pesadilla donde todos esos personajes comienzan a tener cada vez mas voz y voto en la sociedad. Consciente de que con la crisis galopante que estamos viviendo (y lo que esta por llegar) el caldo de cultivo para el fervor extremista esta servido, en el fondo dudo mucho que eso pueda llegar a ocurrir algun dia. En primer lugar por el simple hecho de que en sus ideas excluyentes (y ahora hablo tanto de lideres politicos como religiosos y otro tipo de iluminados) ya estan dejando fuera a la gran mayoria de los posibles votantes; emigrantes, gitanos, homosexuales, judios, musulmanes, liberales, socialistas, democratas y demas personas con dos dedos de frente que no caen en la trampa de dejarse llevar por lemas populistas y faciles como Contra la Inseguiridad Ciudadana o En Defensa de la Familia conscientes de que no ocultan otra cosa que un odio irracional a todo aquel que es diferente y es visto, por tant como una amenaza. Quiero pensar que son tan fanaticos o tan cortos de miras que nunca se habian parado a pensar en esa perdida acuciante de market share...
Por suerte, los nostalgicos de la generacion del pajarraco tienen los dias contados y ya estan cayendo como moscas. Por otro lado, sus vastagos y herederos espirituales, los que optaron por aferrarse a esas ideas totalitarias que mamaron en su infancia y en su juventud, como es el triste caso de mi ex-compi del colegio, terminaran irremediablemente convertidos en figuras ridiculas y anacronicas, condenados al rincon oscuro de los inadaptados sociales.

quinta-feira, 6 de maio de 2010

Una idea loca

Mientras miraba por la ventana del taxi hacias las calles y casas de los barrios populares que cruzabamos camino del aeropuerto desde el Hotel Gran Marquis de Fortaleza me vino a la cabeza una idea loca, loca. Idea loca pero para nada nueva ya que se trata de una idea recurrente en los ultimos dos anos y que se me suele ocurrir sobre todo cuando me encuentro de viaje y tengo mas tiempo para pensar. Una idea que conforme le voy dedicando minutos me seduce cada vez mas y mas.
La idea es bien sencilla. Se trata de dejarlo todo para cambiar de vida. En esos momentos en que me deleito dandole vueltas veo claro hasta que punto necesito hacerlo para acabar con el poso de insatisfaccion existencial que me corroe por dentro cuando siento pasar el tiempo mientras sigo cumpliendo anos sin tener ni punetera idea de lo que quiero hacer con mi vida.

Veo a mi alrededor a las personas que se casan, que tienen hijos a los ven crecer, que dan la entrada del apartamento de la playa o de la parcelita en el campo, que viven y envejecen empezando a echar barriguita o celulitis sin que ello les importa demasiado. Algunos de ellos, los mas afortunados que se dedican a lo que realmente les gusta, con el tiempo y la practica crecen en sus profesiones y mejoran sus habilidades y conocimientos alcanzando prestigio social y gran satisfaccion personal. Otros se resignan en sus mesas a trabajos rutinarios que no les llevan a ninguna parte pero que les proporcionan un salario al fin de mes con el que pagar sus necesidades basicas y permitirse mas de un lujo, vacaciones, libros, hobbies y vicios ademas del colegio de los ninos. Saben que estan invirtiendo en una segunda generacion, proyeccion de ellos mismos cuyo futuro sera mejor que el pasado, presente y futuro de ellos. Una generacion en la que poder volcar todas esas aspiraciones, mucho mas altas que las que ellos tuvieron para si mismos. Aim high dicen en las pelis americanas.

Y mientras tanto el tiempo pasa y de repente ya no cumplo 34 anos sino 40 y el tiempo que no para me empuja - implacable- a los 41 anos sin tener en cuenta que desde hace 20 (i fa vint anys que tinc vint anys!) continuo en ese limbo entre la adolescencia y la vida adulta. Lo que los psiconalistas acostumbran a llamar el Sindrome de Peter-Pan, sindrome que puede parecer seductor- enfant terrible, dicen- con 20 anos, pero que resulta patetico a los 30 y claramente patologico despues de los 40.

Y si me paro un poco a pensar, si que hay algo a lo que me gustaria dedicarme. Me gustaria dedicarme tan solo a escribir y me gustaria poder ganarme la vida con eso. Renunciaria de buen grado (por lo menos en mis comienzos) a los trapitos de Armani Exchange y los privilegios del Platinum membership de American Airlines para poder perfeccionar mi tecnica y abrirme un camino en el dificil y disputado mundo literario.
El principal problema es que escribir no es algo a lo que pueda dedicarme como hobby, aprovechando apenas las horas sueltas que me permite el trabajo o dedicandole los fines de semana. Y no es porque no quiera convertirme en un lletra-ferit, como diria Terenci Moix, pues nada tendria de malo si supiera combinar las dos cosas. El problema es que me conozco bien y me se demasiado vago para eso. Carezco de la disciplina necesaria como para levantarme a las 6am y arrancarle un par de horitas a mi jornada para dedicarlas a la creacion literaria. Sera que mi deseo de ser escritor no es lo suficientemente fuerte y se trata de mas un capricho de un veleta confeso como yo<
En fin, Pilarin, que para intentarlo en serio voy a tener primero que cambiar de vida. Si no lo intento ahora y continuo deshojando la margarita del calendario con la misma indolencia con la que llevo haciendolo todos estos anos, me temo que a los 50 me arrepentire por no haberlo hecho ahora, por haber sido tan cobarde cuando aun era joven y haberme aferrado a la seguridad de un trabajo bien renumerado. Y cumplire los 6o y ya me parecera demasiado tarde y el terror me paralizara porque ya habre pasado la cima de la colina y empezare a vislumbrar el final de todo. Y por mucho que sepa aquello de que nunca es tarde si la dicha es buena (el ejemplo de mis padres me basta), podra ser que mais tarde sea ya demasiado tarde para vivir la vida que quiero vivir siendo aun relativamente joven.

Pero como dejarlo todo, dejar la seguridad de un empleo fijo en pos de una quimera llamada realizacion personal em momentos de tanta crisis...
Porque primero tendre que despedirme del trabajo, dejar atras novio y amistades, conocidos, vida social de Sao Paulo y cancelar mi suscripcion al Vanity Fair. Me deshare de todo lo que sea vendible, coche, muebles, cuadros, libros, lastres al fin y al cabo y con el dinero que obtenga del despido y de esas ventas me alquilare una casa lo mas simple posible y de renta baja en algun lugar del Nordeste de Brasil. Fortaleza, con sus playas y clima benigno puede ser un buen lugar para ello.
Mi unica posesion de valor sera el notebook donde escribire hasta altas horas de la noche junto a la ventana respirando el olor de la lluvia tropical que refresca las noches de verano.
No necesitare mucho para llevar esa vida simple de la que estoy hablando. Probablemente sere el unico extranjero en la vecindad. Sere para muchos un extrano pero apacible gringo que por motivos incomprensibles opto por vivir en su barrio y al que miraran con curiosidad y una cierta desconfianza, la misma desconfianza con la que de pequeno mirabamos a los hippies nordicos que dejando atras los rigores del invierno se dejaban caer por la costa mediterranea para acabar aparcando sus autobuses destartalados durante semanas en el descampado cerca de la entrada del colegio de los Salesianos de Valencia.
La desconfianza inicial de mis vecinos terminara por desaparecer y acabaran por aceptarme y respetar mi decision de querer llevar una vida tranquila, convertido en vecino ideal sin discusiones con la mujer a altas horas de la noche, ni ninos que lloran ni perros que ladran ni siquiera loro que irrite con sus imitaciones.
Y me dare el lujo de llevar una vida tranquila, contemplativa, dedicandome tan solo a una cosa, a escribir y dar forma al gran proyecto de mi opera prima. Sere frugal y comere poco, gastare lo justo pues durante ese tiempo estare viviendo de ahorros, continuare saliendo a correr al atardecer por la playa o el bosque varios dias por semana para mantenerme en forma. A lo mejor, si la disciplina y el presupuesto lo permite, incluso me apuntare al gimnasio del barrio donde nunca ire mas de 3 veces por semana. MSN y Skype seran mi conexion con la familia y con un selecto grupo de allegados, Internet siendo mi principal ventana al mundo exterior. Buscare una sinagoga (en el nordeste del pais no faltan) donde podre continuar aprendiendo dos veces por semana el hebreo y las ensenanzas de la Tora. Todos los viernes acudire puntual a mi cita semanal a la recepcion del shabbat vistiendo mis mejores ropas para causar buena impresion y facilitar mi inclusion en la comunidad. El bar de la esquina, simple y sin pretensiones, frecuentado unicamente por los vecinos del barrio sera el lugar por donde me dejare caer para matar la soledad.

Puede que pasen 3 o 5 o mas anos, o tambien puede que a los tres meses no aguante mas y me suba por las paredes torturado por el arrepentimiento de haber dejado toda una carrera profesional de lado y un buen nivel de vida.
O puede que ese cambio sea el comienzo de un viaje sin retorno. Puede que en ese tiempo de soledad y dedicacion a mi mismo provoque unos cambios tan grandes que volver atras y retomar la vida anterior- la actual- parezca una idea tan peregrina y absurda como ahora podria parecer el relato de estas intenciones.

Como ya dije, una idea loca...

domingo, 25 de abril de 2010

En las nubes solo somos particulas

De mi paso por 5 aeropuertos americanos repartidos por tres estados diferentes y dos costas, no ha sido mi visita a S Francisco, ni el curso de Channel Business en Santa Clara, ni mi visita a los distribuidores de Miami lo que mas me ha marcado. Ha sido la lectura de las memorias de Paul Monette, A Borrowed Time, donde nos cuenta los ultimos dos anos de su relacion con Roger Horwitz, su pareja durante mas de 10 anos y una de las primeras victimas de la nueva plaga de los anos 80 llamada SIDA que se cebo principalmente en la comunidad gay y que literalmente borro del mapa a toda una generacion. Me enganche a leerlo al poco de salir de la libreria A Different Light (donde tambien compre Becoming a Man, del mismo autor y Antwerp, de Roberto Bolano traducido al ingles). Cargado con mis nuevas adquisiciones me fui directo a un cafe situado en Market St, en el corazon de Castro donde comence a leerlo para no soltarlo hasta acabarmelo en el vuelo de vuelta a Sao Paulo. Un libro conmovedor por lo crudo pero tambien emocionante por la intensidad y la fuerza de una relacion sellada con fuego y que permite a los amantes hacer frente juntos a la espiral de malas noticias que acaba por transformar sus vidas, el avance de la enfermedad y las llamadas infecciones oportunistas, la perdida paulatina de una calidad de vida salpicada de exitos profesionales y personales, viajes, fiestas, amigos, familia, vidas en fin, que nunca mas recuperarian. Roger murio en 1987, Paul lo haria en 1995.
Paseando por Castro St. pude ver muchos sobrevivientes de esa generacion perdida. Hombres proximos a los 60 y 70 anos que vivieron la enfermedad y la muerte de practicamente el 90 % de su circulo de amistades antes de haber cumplido los 40.
Tanto Kafka como Liberace tuvieron la suerte de adelantarse a la catastrofe que caeria sobre sus respectivas comunidades apenas una decada despues de su muerte, Kafka no presencio el exterminio de los judios de Europa, Liberace por su parte, la hecatombe del SIDA.
Ya en Sao Paulo me reencuentro con Matt que ha venido desde Rio para pasar el fin de semana y para vernos por primera vez desde nuestra vuelta de Buenos Aires y el parentesis de tres semanas que decidimos darnos. Pasamos unos dias tranquilos y relajados, contentos de compartir de nuevo este tiempo, que tambien es, en cierta manera, un tiempo prestado.

Al final va a resultar que soy adicto al drama y que mediante estos patrones repetitivos de relacion-pausa-reconciliacion mantengo viva la pasion y la adrenalina frente a la estabilidad de una relacion comfortable que pudiera caer en la mediocridad y la rutina.

domingo, 11 de abril de 2010

En abril, mas una vez..(Un update sentimental)

Me miro y con una sonrisa triste me dijo, "Siempre en Abril, eh", y al principio no le entendia por que lo decia...tarde unos segundos en caer en la cuenta. Y es que mas una vez mi vida sentimental se ve marcada durante esas fechas.
En abril hicimos un ano de relacion y en abril decidimos que era mejor darnos un tiempo para pensar como seguir a partir de ahora. Y como dice el bolero, no es falta de carino, no... que carino, amor y deseo nunca nos ha faltado en todo este tiempo. Amen.
Pero llega un momento de la relacion en que te quieres plantear hacia donde vamos juntos, si vale la pena, si estas invirtiendo en la relacion cierta, si sera que la distancia no solo no es el olvido sino que hasta podria ser buena, sobre todo para alguien como yo con tantos altibajos, agobios y demas reacciones extremas que contribuyen a desestabilizar a cualquiera y que no hacen mas que crear inseguridad. Y en ese sentido, Matt no es la excepcion a la regla. Mis escarceos ocasionales (en su mayor parte, mas virtuales que reales), no han hecho otra cosa que crear en el una desconfianza que le ha ido corroyendo poco a poco y en silencio, sospechas y desconfianza que en momentos llegaba a traducirse en una autentica paranoia. Y lo peor es que no le puedo culpar.... Como diria Jaime, "Si no fuera tan puta!".
En fin, que la situacion actual es esa, a la vuelta de nuestro fin de semana romantico en Buenos Aires, mientras haciamos la cola para los taxis en el aeropuerto de Guarulhos, Matt me pidio un parentesis a la relacion. Su propuesta no me pillo por sorpresa ya que las ultimas semanas habiamos comentado varias veces sobre la posibilidad de terminar. Le pregunte si estaba seguro de lo que me estaba pidiendo y de lo que eso significaba y me dijo que si.
Vista la situacion en la que estabamos las ultimas semanas, semanas salpicadas de malentendidos, enfados y discusiones telefonicas provocadas por mi cada vez menor paciencia para sus celos, enfados que, de manera ciclica, precedian a reconciliaciones pasionales el fin de semana siguiente, me parecio que dejar de vernos por un tiempo y aprovechar para intentar ver la relacion desde fuera podria ser una buena idea. En ese tiempo los dos ganariamos la perspectiva necesaria para entender que es exactamente lo que estamos haciendo juntos. Yo, con un chico que no me merezco y que parece hecho como por encargo - delgado, alto, moreno, de cabello rizado y ojos de miel, y lo que es mas importante, que me adora, pero al que doblo la edad y que vive y estudia en otra ciudad, y el, por su parte, con un gringuito rubio y de ojos azules pero de personalidad complicada que se replantea su futuro dia si y dia no y cuya permanecia en el pais tiene los dias contados.

sábado, 27 de março de 2010

Manana del sabado II

El ruido del agua de la ducha entra en la habitacion por la puerta abierta. Estoy tumbado en la cama, en esta manana perezosa de sabado, entregandome placidamente a la modorra y al relajante efecto del sonido del agua al caer.
Teniamos la intencion de levantarnos pronto aprovechar la manana. Matt queria que fueramos a una papeleria especializada en productos para arquitectos y disenadores que esta en el centro, cerca de la plaza de la Republica y comprar papel y material que necesita para sus clases hasta que la tarjeta de credito de sus padres echara humo.
Aunque hoy es 27 de marzo del 2010 y estoy en Sao Paulo, Brasil, en realidad esta manana de sabado es la misma que tantas otras mananas de sabado ya pasadas. Al otro lado de la ventana que da a la calle podria perfectamente verse las calles de Streatham, el tranquilo barrio residencial de clase trabajadora y arbolado del sur de Londres donde vivi los ultimos anos y podria tambien ser que no estemos en el ano 2010 sino en el 2003. La persona que que hace apenas unos minutos yacia a mi lado y ahora se esta duchando y cuyo canturreo me llega entremezclado con el ruido de la ducha y el de la calle podria no ser Matt sino Lucas o incluso Reno.
Podria tambien ser que estamos en 1997 y el sol que entra por la ventana es el sol matutino que inundaba mi cuarto en el apartamento alquilado de la calle de Maestro Sosa de Valencia. El sol valenciano que se va colando por la ventana y que avanza por encima de las sabanas conforme pasan los minutos hasta acariciar mi piel mientras continuo tumbado en la cama esperando a que Santi salga de la ducha. Si, estamos en 1997 y tengo 27 anos y estoy viviendo mi primera tentativa seria de relacion estable.
Todas las mananas de sabado tiene un algo en comun. Un algo que las convierte en secuencias de una misma manana.

sexta-feira, 26 de março de 2010

Vidas Ejemplares

San Estebancito de Katovice fue un niño que vivió en el S.XI y murió mártir a los 15 años fiel a sus creencias. Fue torturado, violado y asesinado por las hordas del ejército mameluco. Uno de los cuadros del pintor florentino Giotto titulado "El suplício del inocente" representa la terríble escena de su martirio. En esta ocasión, el artista deja de lado su habitual lirísmo para representar los últimos momentos de la vida del santo en manos de los soldados. En el centro del cuadro podemos ver a un Estebancito desnudo y sangrando por todos los orificios rodeado de enormes soldados de feroz aspecto y aparentemente embriagados.
A pesar de lo atroz de la situación, el artista ha conseguido plasmar en la cara del niño mártir una expresion de éxtasis similar a la orgásmica expresión de gozo habitual en las místicas.
Este cuadro goza de especial predilección entre los seminaristas que se preparan para su futura labor pastoral en el seminario de Módena y que se dejan caer por la vecina Basílica de Nuestra Señora de las Llagas donde se encuentra expuesto al público.

segunda-feira, 8 de fevereiro de 2010

La ciudad es un gigante

La lluvia en São Paulo se diferencia de las demás lluvias del mundo por su violencia y su intensidad. Es una lluvia capaz de intimidar a alguien como yo. poco acostumbrado a excesos. Yo, que nunca fui una persona de excesos a pesar de dedicarme a buscarlos y de vivir en una ciudad donde abundan los excesos de todo tipo, que curiosamente nunca llegan a parecerme realmente excesivos.
Las primeras gotas te sorprenden incauto mientras estas sentado en el balcón, con un libro de Bolaño, leyendo tan tranquilo, como si estuvieras ajeno a todo pero sin estarlo realmente, apenas levantando ocasionalmente la vista del libro para posarla en la calle con la misma indolencia con la que miraría un señorito andaluz sus posesiones.
De repente el cielo se oscurece como anunciando que - finalmente- el mundo llego a su fin. En perfecta coreografia, el sol se oculta para dejar paso a una lluvia, digamos, de verano. Hasta aquí nada de especial. En pocos minutos y ante tus ojos, lo que comenzó como un chaparrón de verano se convierte en una tormenta acompañada de súbitos trallazos y relámpagos. Por un momento me siento felíz al pensar que el fin del mundo ha llegado. Las alarmas que se disparan de los coches aparcados en la calle y que se ven azotados por las trompas de agua así parecen confirmármelo. Por las puertas abiertas que dan al comedor me llega el sonido de la televisión donde una locutora parlotea sin más público que los muebles de la habitación. La chica del noticiero no tarda en hacerse eco de nuevas inundaciones en la zona Oeste, como ya ocurriera la semana pasada con la zona Sur y la anterior, con la zona Centro.
La ciudad es un gigante enfermo y sus quejídos a veces son estruendos y a veces apenas un murmullo. Las pantallas en el Mando de Control de Tráfico que monitoran el entramado viario de la gran metrópolis comienzan a llenarse de luces rojas que parpadean alegremente. Los motoboys, esos mensajeros sin ley y auténticos dueños de las calles, buscan refugio debajo de los puentes para cubrirse con ropa de plástico que parece hecha a base de bolsas de basura negra, con pequeñas bolsas del mismo plástico y color con los que cubren los zapatos y que me recuerdan a los que se usan en los quirófanos.

Y yo sigo sentado en la mesita del balcón, con Bolaño como toda compañía (estoy por tanto, muy bien acompañado), y miro hacia la calle para ver la gente correr- hombres de traje y corbata que se apresuran cubriendose inútilmente la calva con el peródico (ya deshecho por el agua) y madres heróicas que arrastran de la mano a niños obesos y que, para mis adentros, pienso, no merecerian ser salvos, y las veo taconeando hacia el refugio más próximo, que es en este caso el super y yo que los miro desde la altura del piso diecisiete y que me da ganas de reir, imbécil, recostado cómodamente en el respaldo de la silla de madera, la misma que compré en Tok & Stock junto con la mesita a juego, y pienso que esta mesita es casi idéntica en su sencillez a la que tengo en otro balcón a 8.000 kms de distancia, en otra ciudad y con vistas al mismo cielo y a las mismas nubes, solo que desde la proximidad que da un piso veintitrés.
El día, que había comenzado tórrido, un día típico de verano de esos en que los paulistanos atrapados en la ciudad se refugian en la piscina del condominio, se transforma en las ultimas horas de la tarde con los nubarrones negros que aparecen en el horizonte de manera inesperada y que se aproximan amenazadores y a gran velocidad. Y siento que conforme se van acercando va aumentando mi gozo, que no es otra cosa que una especie de felicidad culpable.
En cuestión de minutos comienza a caer sobre la ciudad la primera avanzadilla en forma de tímidas gotas, gotitas que no tardan en convertirse en gotazos cada vez más pesados. Las estadísticas se apresuran a confirmarnos que se ha vuelto a batir un nuevo récord de precipitaciones medidas por milímetros cúbicos caídos sobre la ciudad. Se producen inundaciones en barrios periféricos de la zona Este y ahora tambien en las amplias avenidas de la zona Centro y Centro-Sur, importantes arterias que cruzan la ciudad en todas las direcciones, como los navajazos de un psicópata furioso y por las que sangran miles de conductores en sus desplazamientos diarios. En cuestion de minutos se ven cortadas al tráfico ante la incapacidad del alcantarillado de dar abasto ante tal cantidad de agua.
Muy lejos, en un mundo que parece sacado de otra dimensión pero que en realidad se encuentra a tan sólo a un par de kilómetros, se producen desmoronamientos de infraviviendas y cuerpos quedan sepultados bajo el barro.
La ciudad, asediada, se resiente en sus partes más degradadas, el estruendo de los derrumbamientos -según dicen con voz trémula testigos presenciales asustados- es un queijdo comun a sus habitantes, los que ya no pueden -ni quieren- aguantar su situacion por más tiempo.
La television retransmite imágenes de sus calles inundadas filmadas desde la distancia y la seguridad del helicóptero de la GloboTV y nos muestra a vecinos que se desplazan, cómicamente, en improvisadas barcas. Parecería, una vez más, que Dios encuentra siempre la manera de divertirse con las desgracias humanas.

Como les ocurre a los locos, al ver llover así me siento pequeño y feliz. Y me alegra saber que ese dia en el psiquiatrico de Mondragon sera dia de fiesta y que el poeta de Astorga, recluso de honor - pues ya fue nino maldito en los 70- se sentira mas inspirado que nunca.

La ciudad es un gigante en constante mutación, es un ser vivo de dimensiones monstruosas que se va transformando discretamente como el cuerpo de una adolescente y cuyas transformaciones solo percibes al encontrartelo frente a frente por la primera vez después de un tiempo, transformaciones tan lentas que en un princípio pasarian desapercibidas al ojo humano o tan rápidas que solamente podrían ser capturadas por una cámara ultra sensible y que nos desvelaria, frame by frame, sus aspectos más grotescos, como la cara que recibe el impacto de un puñetazo y se deforma en cámara lenta con una expresión idiota o como la sandía desintegrada al ser atravesada por la bala.