sexta-feira, 5 de novembro de 2010

La maleta y la dignidad

Verme en la calle con una maleta, por las razones que sean, me hace siempre sentirme vulnerable. Es como si la situacion tuviera algo de indigno, aunque no sepa muy bien explicar el porqué.
Por motivos que desconozco, ir por la calle con una maleta me hace sentir víctima propícia a algún tipo de burla o de agresión. La sensación es en esos momentos similar a la vulnerabilidad que se siente al salir descalzo a la calle.
En cierta manera entiendo que la dignidad de la persona es inversamente proporcional al tamaño de la maleta que lleva. La indignidad es menor si el tamano y peso de la maleta es reducido y le permite a uno llevarla con facilidad y sin esfuerzo aparente, sin necesidad de arrastrarla. Andar arrastrando una maleta por la calle es arrastrar la diginidad de cada uno. Es penoso a la vista.
Cuando se da la infeliz circunstancia de tener que desplazarme por la calle arrastrando una maleta grande, el sentimiento de humillación que me sobreviene es inevitable.
En ese momento, no hay indignidad mayor. Ni siquiera el hecho de tener ruedecitas incorporadas colabora para evitar esa sensacion. Es por eso que siempre que veo alguien por la calle arrastrando una maleta no puedo evitar dirigirle miradas de conmiseración y lástima.
Nadie debería exponerse de esa manera a ser visto en público arrastrando una maleta por la calle, ni aunque sea para recorrer el corto trayecto desde la parada del bus hasta el portal de casa.
Tampoco deberia nadie andar subiendo y bajando con maletas las escaleras del Metro, mucho menos en horas punta. No solo es patetico sino que tambien contraproducente y peligroso.
Por favor, tengan juicio y hagan uso del transporte publico o privado que este a su alcance, cojan el tren, el taxi, el servicio transfer, un shuttle bus gratuito, un autobús de línea por más regular que sea.
Cualquier cosa antes que ir por la calle cargando maletas.

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