quarta-feira, 27 de abril de 2011

Una verdad incómoda

Hoy me desperté, tras un sueño profundo e ininterrumpido como es habitual en mí, sabiendo el año de mi muerte.

Parece estar confirmado que será el 2022. Sin duda un número bonito, en el que se cumplirán simultáneamente cien años de la muerte de Marcel Proust y del nacimiento de Saramago.

Morir a los 53 años podrá parecer temprano para los más viejos y relativamente viejo a los más jóvenes. De cualquier manera, morir joven o viejo es una cuestión más bien relativa. Al fin y al cabo, morir con 33, 82 o 103 años no es lo más importante; lo es haberlos vivido con una cierta coherencia y conseguido aprender algo durante todos esos años, que uno nunca sabe lo que está por venir después.

Ahora que se que tengo fecha de caducidad se trata de planificar y organizar los aproximadamente 10 años que me quedan para tener una vida lo más plena y sin sobresaltos posible. Tarea nada fácil si pensamos en la cantidad de opciones a la hora de escoger el mejor camino. Incluso puede que deba hacer lo posible para que esté llena de sobresaltos y convertirla realmente en plena.


Como dicen los alemanes, die Qual der Wahl..

segunda-feira, 25 de abril de 2011

Ideologicamente confuso / Decálogo

Hace tiempo que oigo hablar de la muerte de las ideologías.


Los más sesudos se atreven incluso a afirmar que, en la actualidad, por no haber no hay ni siquiera partidos políticos. Según ellos, todo se reduce a una guerra de siglas en un desesperado intento por ampliar su espectro y conseguir así un mayor número de votantes. A estas alturas de la era de la información resulta de una ingenuidad apabullante creer aún que se vote a un partido en lugar de a la persona escogida por spin doctors para representarlo (Aún no he conocido a nadie que se haya molestado en leer el programa político de su candidato antes de emitir su voto).
Honestamente, yo no veo diferencia ninguna en términos de grado de idiotez entre militar en un determinado partido político o ser seguidor de un equipo de fútbol. Mi naturaleza me ha llevado siempre por decantarme más hacia la izquierda que a la derecha, aunque para un disléxico confeso como yo (diferencial del que siempre he estado orgulloso) el asunto ese de izquierdas o derechas no puede sino tener una importancia relativa.


Ante la necesidad de definirme ideológicamente se me ocurre la siguiente reflexión:
1-Pasando por alto por alto una fascinación pasajera durante mi adolescencia por jóvenes ultraderechistas pijos de Lacostes y Ray-Bans (que todos los sábados por la mañana acostumbraban a vender libros sobre Jose Antonio y compañía en la llamada mesa literaria en la Placa de l'Ajuntament), mis simpatías siempre se han inclinado más por los postulados reformistas de los liberales que el de los defensores del status quo y las buenas costumbres).
2-El problema del cliché. Si tu talante es tirando a rojillo, se entiende ipso facto que te gusta Lluís Llach, el cine de autor, el yoga y el Budismo, el Toyota Prius más que un todoterreno (para cuando no uses el carril bici), prefieres el calimocho frente a la Coca-Cola, el turismo rural frente a la vulgaridad de las playas alicantinas, el multiculturalismo y la comida nicaraguense frente al fast food imperialista. (Por el mismo motivo, apestas a derechona si te gustan los puros habanos, la solemnidad de las procesiones de Semana Santa, afirmas creer en Dios (en lugar de en la energía), Norma Duval, la ropa de los domingos, las familias numerosas, la caza mayor y menor o ir a Extremadura de monterías.
3-Nunca podría ser progre porque Greenpeace y otros grupos ecologistas me producen un tedio enorme y, por lo general, sus seguidores me parecen muy mal vestidos. (toma cliché...) Algo similar me pasó en mi fase más euskalduna, mis simpatias con los aberzales acabó por sus cortes de pelo (tanto el de ellos como el de ellas) tipo flequillito cortado a tazón, laterales cortos y rala melenita á-la-yonqui.
4-De mis padres aprendí a ser descreído sin dejar, eso sí, de creer en alguna cosa. Crecí en un hogar donde se propiciaba más la lectura que el ejercicio físico. Como oí recientemente decir a un hombre sabio al respecto de lo de mens sana in corpore sano, "por todas partes te repiten machaconamente que hagas ejercício y practiques algún deporte, pero hasta el día de hoy aún no he oído a nadie pedirle a un futbolista que lea un libro...
5-Si pienso en política social la ausencia de ese sentimiento solidario por las clases desfavorecidas me hace decantarme, infelizmente, hacia la derecha, unicos adalides defensores de la propiedad y del fruto del esfuerzo personal. En mi descargo dire que pensar así no es difícil viviendo en un país como Brasil machacado por altísimos impuestos necesarios para mantenter a flote una gran parte de la población acostumbrada a vivir de la caridad del Estado.


6-Si hablamos de política exterior, mis simpatías con el estado de Israel y su derecho a existir me coloca como compañero de cama nada más y nada menos que a personajes como al ex-presidente Aznar o a la ex-independentista Pilar Rahola (que siempre se han manifestado a favor del estado judío).
7-Por cierto, que a quien le extrañe esta ambivalencia, entre un lado y otro, le recomiendo leer Hitch-22 donde Christopher Hitchens (aka Hitch) cuenta en sus memorias su evolución desde su militancia más radical en la izquierda hasta lo que algunos hoy en dia identificarían, horror de los horrores, con la ideología neocon.


8-Los pecados de la izquierda, especialmente la internacionalista, son muchos y demasiado chirriantes como para ignorarlos. Y eso es interesante, porque de los pecados de la derecha siempre se ha hablado y siempre los hemos tenido presentes, sobre todo los que hemos crecido en una España democrática aún traumatizada por 39 años de franquismo.


9-La supuesta superioridad moral de la izquierda hace que a nadie sorprenda oír hablar de escándalos de corrupción y abusos de poder de políticos peperos (especialmente si lucen esas pintas de mafiosos con gafas oscuras a lo Fabra o look casposo a lo Berlusconi).


10-Mi desafecto por los progres y su pack sectario* (que incluye apoyo ciego al frente polisario y el pueblo saharauis, movimientos de liberación de Palestina, nacionalistas de todos los colores y pelajes (curiosamente, algunos de ellos, borderline fascistas) por no hablar de otras iniciativas antis supuestamente ecologistas (anti nucleares, antiincineradoras y antitaurinos) es sólo equiparable a mi desagrado por los carcas y meapilas.


*Un buen ejemplo lo pudimos ver recientemente durante la última convocatoria del Gay Pride en Madrid cuando la organización, alineada con el pack progre (prietas las filas y, si se me permite la gracia, también las nalgas) se puso en evidencia al vetar la participación en el evento de un grupo israelense en supuesta solidaridad por el sufrimiento del pueblo palestino, obviando que es justamente en Tel Aviv donde los oprimidos por su tendencia sexual encuentran la única posibilidad de llevar un vida tranquila en Oriente Medio independientemente de si es gentíl, arabe, druso, semita o camita.




domingo, 17 de abril de 2011

La caida del Imperio Vaticano

A mis amigos y familiares queridos, catolicos, apostolicos y romanos y demas seguidores fervientes de las nobles ensenanzas de Jesucristo.
Hasta mis oidos ha llegado el eco de un rumor insistente de algo que algunos ya veniamos anticipando desde hace un tiempo y que ahora parece confirmarnos definitivamente la agencia EFE. Se trata, nada mas ni nada menos, que de la inminente caida del Imperio Vaticano (lease, Iglesia Catolica S.A)
La noticia no puede sino ser recibida con incredulidad y cierto escepticismo dado el ilimitado poder que a lo largo de la Historia dicha Institucion ha venido ejerciendo y que parecia suficiente como para prevalecer a pesar de su contradiccion permantente con un apostolado original de Paz y Amor.
Tras décadas de innegable declive y progresiva perdida de fieles cansados de su intransigencia (prohibicion del divorcio, aborto en casos de violacion, uso del preservativo en tiempos del SIDA et alii) y numerosos escandalos de poder, corrupcion (Banca Vaticana etc) ha sido curiosamente el clamor acumulado por los escandalos de pederastia entre los representantes de la Iglesia Catolica lo que parece haber condenado definitivamente a la desaparicion a una institucion cuya hegemonia ha durado mas de 2000 ano.
Las recientes confesiones publicas ante la television estatal del obispo de Belgica ha convertido esta vez en tarea imposible para el Vaticano de Benedicto mirar para otro lado.
El lugar de honor de este Papa en el Hall of Infame de los sucesivos representantes de S. Pedro esta garantizado. Mientras su antecesor polaco Karol Wojtila es aun recordado por su intransigencia y heterodoxia mariana, Juan Pablo I por su desaparicion anticipada en olores de conspiracion, Juan XXIII por sus bienitencionados pero fracasados intentos reformistas y conciliares o Pio XII por su connivencia con el Nazismo mientras judios eran deportados a Auschwich, el papado del bavaro Ratzinger pasara a la Historia por los numerosos casos de pedofilia con los que ha tenido que lidiar desde su comienzo.
Si desde el principio, en lugar de hacerse oidos sordos, los jerarcas del Vaticano hubieran cundido con el ejemplo y tomado medidas contra esa plaga demoniaca (Benedicto dixit) apartando de sus funciones y castigando a los culpables y entregandolos a la mano inflexible de la Justicia en lugar de hacerse complices amonestandolos e trasladandolos de colegios y parroquias, la perdida de credito entre sus feligreses habria sido, sin duda, mucho menor.
Las complejas relaciones de la Iglesia con la homosexualidad, presente en muchos de sus representantes de manera enrarecida, les ha impedido reconocer intima y publicamente los graves errores resultantes directos de esa represion.* En su obsesion por demonizar la homosexualidad apartando a seminaristas gays de su vocacion en un intento patetico por igualar la homosexualidad a la pedofilia (obviando los numerosos casos de pedofilia con ninas y adolescentes) la Iglesia ha terminado por mostrar al mundo su lado mas perverso.
La hipocresia del Sumo Pontifice y su huida hacia delante negando ad absurdum lo que para muchos es mas que obvio, ha terminado por precipitar a toda la Institucion hacia un abismo del que ya no puede haber retorno posible.

Personalmente, yo lo siento por los que genuinamente creen en el mensaje original de su Evangelio y predican con el ejemplo amando a propios y extranos y haciendo lo posible por mejorar la vida del projimo. Ellos son, infelizmente, una minoria en un tiempo donde la espiritualidad, por otro lado necesaria para sobrevivir con cordura a este mundo irracional, esta cada vez peor vista.

No digo que con en el nuevo status quo haya que volver a las Catacumbas (ejercicio, que por otro lado, no vendria mal a mas de un purpurado como cura de humildad), pero inevitablemente tendreis que acostumbraros a formar parte de una minoria impopular y con frecuencia maltratada por los medios de comunicacion, para nunca mas ser parte del grupo imperante y cortador de bacalaos. Como hombre gay y judio, os doy la bienvenida al club.
En America Latina, reducto catolico y tradicional cantera de padres y monjas para conventos y monasterios europeos en necesidad continua de young blood, la caida de la Iglesia Catolica ha sido recibida con sentimientos mezclados ya que desde hace tiempo estaba en claro retroceso frente al imparable avance de las iglesias evangelicas. El tiron de orejas publico de Juan Pablo II a Leonardo Bolff, principal representante de la Teologia de la Liberacion que presentaba una Iglesia mas humilde y cercana al pueblo frente a lujo del distante Vaticano no hizo mas que acelerar un proceso que ya venia de atras.
Como ya hicieran los tele-evanagelistas norteamericanos, los predicadores evangelicos latinoamericanos inundan los medios de comunicacion llegando a los mas apartados hogares de las clases mas pobres e ignorantes llevando a sus oyentes esperanza por un mundo mejor en otra vida para que sigan colaborando y conformarse con sus vidas terrenales fracasadas.
El show, engrasado por los millones de dolares provenientes de los diezmos de sus pobres fieles, financia grupos de cominucacion, iglesias monumentales, eventos multitudinarios y masivos por no decir de las mansiones y coches de lujo que tienen sus lideres en Miami (Iglesia Universal, Iglesia Renascer en Cristo, Bola De Neve etc).
En los hogares judios, mas ocupados estos dias con la des-hametizacion de sus casas en preparacion de la inminente cena de Pessach, se escucha con leve satisfaccion la caida de sus opresores tradicionales, ciertamente con bastante menos entusiasmo que el que muestran los seguidoes del Coran en las mezquitas y yihadistas en las calles de Teheran o Lavapies, donde el fracaso de la ultima cruzada es celebrada con los mismos fuegos artificiales que disparaban desde al ventana los turcos de Kreuzberg en Berlin tras la destruccion de las torres gemelas del WTC.
Por otro lado, nosotros, los que durante tanto tiempo hemos sido alvo de su persecucion y odio (ama al pecador, detesta el pecado), lo celebramos con la tristeza de que no se haya producido mucho antes.

Como no todo podia ser buenas noticias, la caida de la Iglesia Catolica, lejos de dar espacio a una sociedad mas tolerante y abierta, favorece la expansion de otros intransigentes, los evangelicos y los fundamentalistas islamicos, estos ultimos aun peores y mucho, pero que mucho mas peligrosos.
*Leer el estudio sobre el auto-odio y los posibles origenes judios de Torquemada del escritor J. Yitzhak Gallardo (Torquemada, a Portrait of Self-Hatred, Penguin Books, Londres, 1969) donde, mas una vez, el controvertido pensador sefardi coloco el dedo en la llaga.

quinta-feira, 14 de abril de 2011

Y..y...y...

Y como dice Nacha Pop, un dia cualquiera sin saber por qué, las calles están mojadas y... se acabó...no te apetece escribir mas. Y así, sin avisar, te das cuenta un buen dia en medio de alguna de esas actividades triviales que ocupan tu rutina, de que han pasado 3 meses desde que escribiste la última entrada de aquel grandioso proyecto y te entra un agobio que te lleva a optar entre dejarlo para siempre (suma y sigue en el cajón destartalado y polvoriento de los proyectos inacabados) o reunir ánimo y voluntad para hacer un último esfuerzo por continuar.

Y es que, como las folklóricas más rancias, se puede decir que me debo a mi público. Un público reducido, variopinto y maltrecho pero que, a pesar de mis traiciones, sigue siendo un público fiel. Familiares y seguidores incondicionales a los que mi fracaso no incomoda lo más mínimo, es más lo celebran sabiendo que la tierra prometida, el verdadero Parnaso del artista, lejos del prometido por los tele-evangelistas, es de los malditos. Y para aspirar a la grandeza hay que ser maldito, muy maldito, o por lo menos aspírar a serlo.

Total, que me hago el ánimo y, aprovechando un raro momento de inspiración, retomo con decisión el proyecto que no es otro que hablar y escribir sobre yo, mi, me y conmigo. Y de esta manera tan simple, consigo sentirme felíz como cuando voy a correr al salir del trabajo en lugar de caer en los brazos del sofá del comedor. La única diferencia es que aquí no hay beneficios fisicos. La satisfacción personal y la endorfina creada despues de haber corrido una hora se parece demasiado a la que siento tras releer el último post recién finalizado, ya corregido y retocado en su totalidad. Minucioso trabajo de relojería, te lo digo yo.

Si me preguntas qué ha pasado desde la última vez que escribí te podría decir que nada ha pasado (y no te estaría mintiendo) o también te podría decir que muchas cosas han pasado, tantas que no tengo ganas de enumerarlas (y con eso, tampoco estaría mintiendo).

Mucho y poco, todo me parece de una relatividad aplastante. Porque por ahí fuera realmente han pasado muchas cosas desde la última vez que me asomé a esta ventana (tan) indiscreta. Muchas de ellas son realmente insignificantes y de interés apenas doméstico, otras en cambio, de gran impacto en la vida de muchos y ninguno en la mía.
Ha habido revueltas populares en países imposibles, tiranos pintorescos que poco antes eran recibidos como líderes fueron derrocados por turbas enfurecidas de la noche a la manana, se produjeron terremotos y tsunamis, niños fueron masacrados y oí acerca de crímenes de los que le pone a uno los pelos de punta y haría palidecer a más de uno. En el fondo, nada tan terrible para mi como el drama de herirme en la uña del pie derecho y no poder correr durante un mes o la lenta recuperación de una tía-abuela que continua ahi contra todo pronostico, o la desazon que me asalta en los momentos mas inesperados ante la evidencia de que mis padres tambien envejecen in-exo-ra-ble-men-te.

Mi egocentrismo convierte lo macro en micro y lo micro en macro e insoportable. Preocupaciones por mi futuro, donde iré, ay-Dios-mío que-será-de-mí, la família, muy bien, gracias, el trabajo, que ahí está, mirándome de reojo, los viajes, muchos y variados, long-haul, short-haul, las ciudades y rincones remotos, que no hostiles, que he visitado, las personas que he conocido y añadido o no a al Facebook, películas que me han impactado y las que he olvidado al poco de salir del cine, libros que he consumido y los que me han consumido, cartas llenas de una pasión desconocida, desengaños y puñaladas dirigias directamente al corazón. Todo gira a mi alrededor como las caras deformadas que te devuelve el tunel de los espejos ondulados, secuencia de caras en atropellada espiral que se entremezclan con imagenes de lugares y sabores y objetos y sensaciones en un centrifugado que produce delírio y asusta.

Y por aquí seguiremos, agradeciendo a toda hora continuar vivos y en compañía de tantos, porque por muchos kilometros que pongas por medio, sigues aquí cerquita, junto a los que se quedaron y porque no, los que se fueron.