terça-feira, 15 de setembro de 2009

Sao Paulo, Sao Paulo..

Me esta resultando realmente dificil de decidirme. Despues de estos dos anos y un mes que llevo viviendo aqui, aun no sabria decir si Sao Paulo es la mas fea de las ciudades bonitas o la mas bonita de las ciudades feas. Una cosa esta clara, esta ciudad, con sus increibles contrastes y diversidad engancha a todos los que aqui vivimos, hayamos nacidos aqui o no.
En la capital financiera y economica de Brasil,la relacion de amor-odio de sus habitantes es bastante semejante a la que ya vivi en Londres. 65% de amor, 35% de odio. En Sao Paolo todo el mundo se queja del trafico, del absurdo numero de horas perdidas al cabo de la semana en los desplazamientos, de la creciente inseguridad ciudadana, que siempre parece peor que en tiempos anteriores y un largo etcetera. Entre los paolistanos, es una regla constante elogiar la tranquilidad de las ciudades del interior, especialmente las del sur, mucho mas civilizadas y organizadas que sus primas del centro y nordeste del pais. Se envidia la calidad de vida que alla gozan sus habitantes y la belleza de los paisajes. Basta con cojer el coche y salir de la ciudad para verse rodeado de un paisaje rural y verde resultado de las abundantes lluvias. La omnipresente mata atlantica que se extiende por gran parte del pais haria palidecer a Galicia o Asturias cuan desierto de los Monegros).
Y sin embargo, a psear de todo, de aqui nadie se va. Y los pocos que lo hacen acaban volviendo. Mas o menos como pasaba en Londres. Como todos aquellos britanicos que en los anos 90 y 00 (?) decidieron venderlo todo para buscar un lugar en el idilico sur que podia ser el sur de Francia, Espana, Portugal o Grecia, tando daba, pues estaba claro desde un principio que en su sueno no entraba aprender el idioma local ni integrarse en esas comunidades rurales tan idilicas que conocian unicamente por los documentales de la BBC. Cuando el sueno dejo paso a la cruda realidad muchos se encontraron con la llegada de la crisis inmobiliaria que devaluo el valor de sus bonitas y rusticas propiedades al sol impidiendoles volver a su pais y comprar de nuevo un apartamento similar al que ya vendieron. Life is tough, darling.
Una ventaja importante de Sao Paulo frente a Londres es que aqui puedes ir a cualquier hora del dia o la noche a las tradicionales padarias donde puedes tomarte unos bocadillos espectaculares o comprar vino o algo para leer en caso de insomnio. Para un noctanbulo como yo acostumbrado desde mi epoca de estudiante en Valencia y mas tarde en Madrid a disfrutar conduciendo por la noche, oyendo la radio y parando en el VIPs de la Gran Via para ojear libros de pintura a altas horas de la madrugada es una grandiosa ventaja. Algo que echaba de menos en Londres, donde a las 23 hrs ya estaba todo cerrado con excepcion de antros y semejantes lugares de perversion subterraneos que harian las delicias a Jack The Ripper.
El centro de la ciudad me recuerda bastante al de cualquier ciudad espanola aunque por desgracia el de Sao Paulo ha sufrido una degradacion paulatina en los ultimos 30 anos y que ha favorecido el florecimiento de otros barrios mas modernos, especialmente en la zona Sur. Las manzanas de los barrios no estan compuestas de edificios pegados uno al otro como es tradicional en Europa. Aqui los edificios y torres de apartamentos se yerguen todos separados, a veces apenas por minusculos jardines construidos a una indiscretisima corta distancia. Un autentico placer para un voyeur como yo. Ya la primera semana decidi comprarme unos buenos prismaticos para poder espiar a gusto a mis incautos vecinos. Y es que tengo la suerte de vivir en Moema, una de las llamadas zonas nobles de la ciudad y que se extiende al sur del parque de Ibirapoera, el equivalente paolistano a Central Park en NYC o Hyde Park en Londres.
Vivo, curiosamente, en el llamado lado de pajaros de Moema. Y no es porque los habitantes de esta parte de la ciudad sean bandidos ni gente de poco fiar, nada que ver. Moema es basicamente una cuadricula de calles parecida a l Eixample de Barcelona partida por la mitad por la Avenida Ibirapoera, que da nombre al parque. Al lado izquierdo de la avenida es la llamada zona de pajaros, porque de ellos toman sus calles el nombre. Esta la rua Gaivota, Canario (donde vivo, frente a la conocida padaria Emporio Moema), la rua Pavao, Tuim, Rouxinhol, Juriti, Lavandisca, Jacutinga, Macuco, Ibajau, Jauaperi, Inhambu, que digo yo, seran pajaros tambien, y mi favorita de todas, no por que tenga nada especial sino por el nombre, la rua Bem-Te-Vi. Este nombre de pajaro me recuerda a las historias que solia contar mi padre cuando la familia entera se traslado, despues de la guerra, de Madrid a Aranjuez. Cada vez que a el o a alguno de sus hermanos se le ocurria aliviar la presion de la vejiga en el jardin que se extendia en la parte trasera de la casa, habia un pajaro delator que se ponia a repetir acusador: Desde-aqui-que-te-veo, desde-aqui-que-te veo.
El lado derecho de la avenida es la llamada zona de indios, no por ello mas peligrosa ni exotica. En este lado se encuentra la rua dos Tupiniquins, Nhambiquaras, Chanas, Juripis, Aratas, Juruce, Maracantins, Irai, Alameda dos Arapurus dos Aicas, dos Tupiniquins, Aramomis, Imares, Aranas y los Carinas.. Mira tu que gracia.
El primer dia que me puse a buscar pisos ya me ofrecieron este apartamento de dos habitaciones y tres banos. Una de las peculiaridades de este pais es el alto numero de banos por metro cuadrado, rareza que aun nadie ha sabido explicarme de manera satisfactoria. Incluso los apartamentos mas humildes cuentan con el llamado bano social, usado por las visitas y diferente del que usan los que viven en la casa. Yo sospecho que por detras debe haber una razon de pudor. En este pais donde las mujeres disfrutan exhibindo sus cuerpos en la playa dejando poco a la imaginacion, apenas hay playas nudistas ni tampoco es comun verlas practicando top-less. Eso si, yo nunca he visto bikinis mas simbolicos ni bundas mas gloriosamente exhibidas que aqui. Algunos de esos bikinis son conocidos como hilo dental...
Volviendo al asunto de la cantidad de banos en los apartamentos, digo yo que sera que les parece demasiado intimo dejar usar a las visitas el mismo cuarto de bano donde se duchan, afeitan, aplican desodorante en el sobaco, depilan las cejas y los pelos de la nariz y hacen gargaras entre otras muchas cosas indecibles. Otra curiosidad, que no se si refleja una manera de pensar mas avanzada, es la ausencia del tradicional bidet. El entranable y tan espanol bidet aqui es sustituido por una especie de manguerita con interruptor que cuelga al lado del wc y que hace las veces de douche o lavativa fija para los mas degenerados. Un autentico placer, vamos.

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