segunda-feira, 27 de junho de 2011

Soñé que..(II)

Alguna vez te ha pasado que soñabas que te despertabas de un sueño, solo para seguir soñando, esta vez en otra realidad? Pues algo así es lo que me ocurrió en aquella ocasión. El cric-cric de la mecedora traspasó mi sueño y seguía oyéndolo en mi cabeza incluso después de haberme despertado en aquella otra realidad. Me incorporé de la cama en me encontraba, miré a mi alrededor, estaba en un cuarto que no era el mío, y mi primera reacción fué la de salir de aquel lugar. Esperaba verme de nuevo en la escena del cuadro de Magritte, andando por la misma calle de ciudad del norte de Europa por la que había deambulado momentos antes, ciudad que por algún motivo, ahora ya se me antojaba familiar e incluso entrañable. Sin embargo, al salir de aquel cuarto, que no podría describir pues no recuerdo ninguna imagen de su interior - tan solo recuerdo despertarme en una cama y nada más- me dispuse a salir por una puerta, y una vez fuera, no había mas calle ni tampoco hombres flotando. Por no haber, no había nada.
Ante mis ojos seguía teniendo aquella imagen con la que me había encarado al oír por la primera vez el ruidito de la mecedora al balancearse. La primera vez que me había girado hacia la mecedora me había parecido que no había nadie, que estaba moviéndose sola. No fue hasta pasados unos segundos que me di cuenta de la figura que muy lentamente se estaba incorporando por detrás de ella y cuya cabeza comenzaba a asomar por encima del respaldo. Se trataba de una imagen que aún me aterraba incluso a pesar de haber despertado de ese sueño. Y es que, estuviera donde estuviera, ante mí seguía viendo, como si aún me encontrara en aquel comedor atiborrado de muebles viejos, aquella extraña figura que parecía mirarme fijamente. Se trataba de una adolescente de una palidez casi traslúcida y pelo negro y corto a lo garçon pero cuyo flequillo se veía como húmedo y apelmazado por el sudor. Vestía unas ropas blanca, una especie de suéter de cuello alto y ceñido que le otorgaba cierta rigidez a la cabeza, como si el apretado cuello le impidiera moverse con libertad. Recuerdo haber pensado en un primer momento que me recordaba a una jovencísima Winona Ryder en su papel de interna perturbada, para a continuación pensar que más bien se parecía a Helena Bonham-Carter en su papel de novia cadáver en la película The Bride Corpse de Tim Burton. Es curioso como aún en sueños conseguimos relacionar eventos y escenas con nuestra biblioteca o videoteca personal.
La extraña y fantasmagórica figura me miraba con los ojos muy abiertos y me señalaba con la mano derecha. No parecía querer asustarme ni se mostraba, a pesar de lo grotesco de su imagen, amenazante. Mas bien parecía querer decirme algo con su mirada. Yo no sabía si era a mí que estaba señalando o a alguna otra cosa a mis espaldas. Tampoco lo iba a saber pues fué en ese momento en que por suerte me desperté (o mejor dicho, en que soñé que me despertaba) para encontrarme de repente en aquella cama desconocida sintiendo aún el miedo que la mirada de la niña me causaba.
Con esa visión tan real aun en mi cabeza recuerdo haber despertado poco después, esta vez ya en mi cama verdadera, aquí, en mi cuarto, en el mismo apartamento desde donde escribo estas líneas. El recuerdo tan vivo de esas imágenes, tanto las del sueño dentro del sueño como las que seguían en mi cabeza al despertarme del primero, me hace dudar de si realmente ahora estoy despierto en estos momentos en que escribo este blog. Será que esta realidad forma a su vez parte de otro sueño? Las coordenadas de espacio y tiempo en los sueños son tan engañosas que bien podría ser que la realidad de la que soy consciente ahora no sea mas que producto de mi imaginación (o la de otra persona). Una realidad soñada por el cerebro de alguien y que no para de funcionar mientras su cuerpo descansa y crea las imágenes y sensaciones que considero mi vida.

Nenhum comentário:

Postar um comentário